AFP
Los trabajos para un acuerdo global que ayude a prevenir futuras pandemias se ven ensombrecidos por teorías de la conspiración que alegan que el pacto es una maniobra de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reforzar su poder.
Responsables de salud de todo el mundo se reúnen en Ginebra esta semana para discutir un acuerdo que debería regular cómo los países se preparan y responden a futuras pandemias.
Está ampliamente aceptado que el mundo estaba muy mal preparado cuando irrumpió el covid-19, con consecuencias desastrosas, y los expertos aseguran que se necesita cooperación global para evitar en adelante situaciones similares.
“Puede que nos enfrentemos a pandemias más graves en el futuro y tenemos que estar mucho mejor preparados de lo que estamos ahora”, dijo recientemente el responsable de emergencias de la OMS, Michael Ryan.
“Esto requerirá que los países trabajen juntos”, añadió.
Pero, por ahora, está muy poco claro en qué consistirá un potencial acuerdo.
Las negociaciones deberían durar al menos dos años y todavía deben adentrarse en el contenido sustancial o determinar si este pacto tomará forma de un tratado u otro tipo de “instrumento legal”.
– “Infodemia” –
A pesar de que son los países miembros, y no la OMS, quienes participan en las negociaciones, han aparecido teorías conspiranoicas que consideran que la agencia de salud de la ONU quiere dictar las políticas sanitarias en países soberanos.
El presentador de la cadena conservadora estadounidense Tucker Carlson advirtió el mes pasado que la administración del presidente Joe Biden estaba cerca de “entregar a la Organización Mundial de la Salud poder sobre todos los aspectos, también aspectos íntimos de la vida”.
Christine Anderson, una diputada de extrema derecha alemana en el Parlamento Europeo, aseguró que el acuerdo garantizaría a “la OMS poder de gobierno de facto sobre los Estados miembros”.
Y el cómico británico convertido en estrella de YouTube Russel Brand dijo a sus 5,5 millones de seguidores que el tratado significa que “la democracia está acabada”.
La OMS y expertos en la materia aseguran que este tipo de teorías, que también han surgido en Australia, Rusia y otros países, no tienen nada que ver con lo que se está discutiendo.
“Estoy francamente desconcertada por el grado de desinformación”, advierte a la AFP Suerie Moon, codirectora del Global Health Center de Ginebra, señalando que el acuerdo “se encuentra realmente en una fase embrionaria”.
Muchas de las acusaciones están “completamente desconectadas de la realidad de lo que se está proponiendo y potencialmente negociando”, añade.
– “Hechos distorsionados” –
El dirigente de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, lamentó recientemente que “una pequeña minoría de grupos haga declaraciones engañosas y distorsione hechos a propósito”, subrayando que “la agenda de la OMS es pública, abierta y transparente”.
El proyecto de acuerdo solamente establece “el manual de cómo vamos a prepararnos juntos” para futuras amenazas de pandemia, dijo Ryan. “No se trata de soberanía, se trata de responsabilidad”, reiteró.
Pero el mensaje apenas se escucha entre el estruendo de la desinformación.
La OMS está habituada a ser blanco de las teorías de la conspiración e incluso acuñó la palabra “infodemia” ante el diluvio de desinformación sobre sus intentos de contener el coronavirus y promover las vacunas anticovid.
En el caso del acuerdo para frenar las pandemias, los observadores creen que existe una campaña de desinformación bien organizada en múltiples países, aunque desconocen el objetivo exacto o sus responsables.
– “Un gatillo” –
Solo la palabra OMS “es como un gatillo”, dice Tristan Mendes France, experto en este tipo de teorías en Francia, señalando que es fácil “reactivar” al cuantioso “público conspiranoico que había crecido durante el covid”.
Sebastian Diegues, neurocientífico y experto en desinformación en la Universidad de Friburgo en Suiza, coincide con él: “Cuando tienes una red sólida para un tema, puede usarse para otras cosas”, asegura.
Incluso las teorías más descabelladas pueden impactar negativamente en los esfuerzos por resolver problemas reales, como prepararse para la próxima pandemia.
“Aunque una parte sea absurda, tienes que gestionarlo, tienes que explicarlo y esto recorta tus recursos”, afirma Diegues.
Suerie Moon reconoce que “hay límites en lo que la OMS puede hacer”, apuntando a la desenfrenada desinformación y desconfianza en las autoridades en “esta época posverdad, donde la gente vive en universos informativos diferentes”.
“¿Puede cambiar esto la OMS? ¿Puede alguien?”, se pregunta.