AFP
El sindicato de enfermeras del Reino Unido convocó dos días de huelga en diciembre para reclamar mejoras salariales, una acción sin precedentes en sus 106 años de historia que llega en plena crisis de la sanidad pública, en un país golpeado por crecientes protestas.
Las enfermeras de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte cesarán de trabajar el 15 y el 20 de diciembre, anunció este viernes el sindicato Royal College of Nursing (RCN).
“El personal de enfermería está harto de que se le ignore, de los bajos salarios y de la insuficiencia de personal, de no poder dar a nuestros pacientes la atención que se merecen”, afirmó la secretaria general del sindicato, Pat Cullen, en un comunicado.
“A menos que hagamos esto, no vemos ninguna perspectiva de que las cosas cambien pronto”, declaró al canal Sky News la directora del RCN en Inglaterra, Patricia Marquis, pidiendo disculpas a los pacientes que vean canceladas operaciones o tratamientos.
El paro tendrá lugar en el contexto de una creciente crisis por el coste de la vida que, según el RCN, está poniendo a sus miembros en dificultades para alimentar a sus familias y pagar las facturas.
El sindicato reclama un aumento salarial superior a una inflación histórica de más del 11%.
En los últimos meses el Reino Unido ha sido escenario de una multiplicación de huelgas en numerosos sectores.
La movilización de las enfermeras se intercalará con el primero de una serie de paros en los ferrocarriles nacionales y el servicio de correos realizarán nuevos paros en vísperas de la Navidad.
El ministro de Sanidad, Steve Barclay, se declaró “enormemente agradecido por el duro trabajo y la dedicación” de las enfermeras y lamentó la huelga, asegurando que se buscará minimizar las perturbaciones y garantizar que los servicios de emergencia sigan funcionando.
“Son tiempos difíciles para todos y la situación económica hace que las demandas del RCN, que según las cifras actuales suponen un aumento salarial del 19,2%, con un coste de 10,000 millones de libras (12.000 millones de dólares) al año, sean imposibles de costear”, aseguró.
Pero su puerta sigue abierto, agregó en un tuit, para discutir con el RCN “el modo de mejorar la vida laboral de los enfermeros”.
El RCN denuncia que los sueldos de las enfermeras cayeron un 20% en términos reales desde 2010, debido a sucesivos aumentos bajo la inflación.
En Escocia, el sindicato suspendió la convocatoria después de que el gobierno autónomo regional reabriera la negociación ofreciendo aumentos de 11,3% para los salarios más bajos y un incremento medio de 7,5%.
– Sanidad en crisis, enfermeras “agotadas” –
Responsables de la sanidad pública británica aseguraron en septiembre que algunas enfermeras comenzaron a saltar comidas para alimentar y vestir a sus hijos y tenían dificultades para pagar los crecientes costes de transporte.
Uno de cada cuatro hospitales en Inglaterra creó bancos de alimentos para su personal, según el organismo NHS Providers, que representa a los grupos hospitalarios.
“Estamos agotadas. Estamos hartas. Necesitamos un aumento para vivir”, dijo a la AFP Ameera, enfermera de un hospital londinense que votó a favor de la huelga.
Para Ameera, que no quiso dar su apellido, “el gobierno británico está jugando con la salud de los pacientes al no aumentar los salarios”.
La huelga llega en un momento en que el venerado Servicio Nacional de Salud (NHS) lleva años sufriendo una financiación insuficiente.
El gobierno de Rishi Sunak anunció este mes un aumento de 3,300 millones de libras en los presupuestos para los próximos dos años, destinados principalmente a reducir las largas listas de espera a que se enfrentan los pacientes desde la pandemia para realizarse pruebas médicas, incluidas las relacionadas con el cáncer, así como tratamientos rutinarios y de emergencia.
Según el RCN, hay 47,000 puestos de enfermería sin cubrir en Inglaterra, en parte debido a “la mala remuneración”.
Muchos enfermeras -mayoritarias- y enfermeros europeos, encabezados por los españoles, abandonaron el Reino Unido a raíz del Brexit, que puso fin al sistema que les permitía contabilizar su experiencia británica en sus países de origen.
Más de siete millones de personas esperaban en septiembre para recibir tratamiento en los hospitales de Inglaterra, cifra récord desde que se creó este indicador en 2007.