AFP
La nueva secretaria estadounidense de Comercio, Gina Raimondo, que compareció el martes ante el Senado con vistas a su confirmación en el puesto, manifestó su intención de mantenerse firme e incluso “agresiva” con China y lamentó las prácticas desleales del gigante asiático.
Raimondo, primera mujer gobernadora de Rhode Island, declaró que China ha tenido “claramente un comportamiento contrario a la libre competencia”, como en el caso del sector del acero y del aluminio, “que perjudicó a los trabajadores estadounidenses”.
“En consecuencia, si soy confirmada (en el cargo), preveo ser muy agresiva, ayudar a los estadounidenses a luchar contra las prácticas desleales de China”, prometió.
No obstante, ha avalado la posición del presidente Joe Biden, que prefiere que Estados Unidos no cabalgue en solitario y consultará a sus aliados para restablecer un comercio justo con Pekín.
Este miércoles, el gobierno chino instó a Washington a “corregir sus errores”, sin referirse directamente a las declaraciones de Raimondo.
“El último gobierno de Estados Unidos optó por el proteccionismo y la intimidación e inició malévolamente una guerra comercial” contra China, dijo a la prensa un portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian.
Zhao dijo, sin dar detalles, que Pekín tomaría las “medidas necesarias para proteger los derechos e intereses legítimos” de las empresas de su país.
Pese a que congresistas republicanos y demócratas han señalado que algunas empresas chinas representan un riesgo para la seguridad nacional, Raimondo no se ha comprometido a mantener al gigante Huawei y a otras empresas chinas en la lista negra estadounidense.
Simplemente, ha prometido utilizar los poderes de su departamento de Comercio para “proteger a los estadounidenses de las interferencias chinas”.
Con el gobierno de Donald Trump, el departamento de Comercio, dirigido por Wilbur Ross, había usado frecuentemente sus prerrogativas para tomar medidas severas contra las empresas tecnológicas chinas, sospechosas de espionaje industrial y de mermar la seguridad nacional de Estados Unidos.
Así, amplió la lista de empresas que no podían comerciar con empresas estadounidenses sin una licencia previa. Decenas de compañías fueron añadidas, como los gigantes de las telecomunicaciones Huawei y ZTE.
En diciembre, unas semanas antes de abandonar la Casa Blanca, la administración Trump también agregó al fabricante chino de tarjetas informáticas Smic y limitó el acceso de la empresa a las tecnologías de última generación estadounidenses debido a sus supuestos vínculos con el ejército chino.