El presidente electo, Nayib Bukele, anunció el despliegue de 6,000 militares y policías para rodear áreas donde aún operan pandillas en el norte del país, después de la muerte de dos personas.
En una publicación en X, Bukele informó que “En este momento, 5 mil soldados y mil policías han rodeado los distritos de San José Cancasque, San Antonio Los Ranchos, Potonico y San Isidro Labrador para desmantelar completamente esta clica”.
Bukele argumentó que hubo “dos homicidios” recientes en esa región, ubicada a unos 90 km al norte de San Salvador, y que se capturaron “dos responsables”, miembros de la pandilla Barrio 18 Sureños.
“Continuaremos sin detenernos hasta erradicar lo que queda de las pandillas”, advirtió Bukele en la plataforma digital, donde compartió un video del despliegue de fuerzas uniformadas y dos detenidos.
El ministro de Defensa, René Francis Merino Monroy, también comentó en X que “Limpiaremos completamente la zona, extirparemos hasta el último vestigio de pandillas”, describiendo la operación en el sur del departamento de Chalatenango.
El Salvador ha estado bajo estado de excepción durante los últimos dos años, lo que ha resultado en la detención de casi 76 mil personas sin orden judicial, de las cuales más de 7,000 fueron liberadas al comprobar su inocencia. Las pandillas, originarias de Los Ángeles, Estados Unidos, se les atribuyen unos 120 mil homicidios en casi tres décadas, superando los 75 mil muertos durante los doce años de guerra civil en El Salvador.
Tras el conflicto armado, los salvadoreños enfrentaron el terror de las pandillas MS-13 y Barrio 18, que en conjunto llegaron a contar con unos 100 mil miembros. Organismos de derechos humanos han criticado el régimen de excepción, denunciando “detenciones arbitrarias”, “torturas” y “muertes” en prisión.