AFP
El gobierno de Colombia y mediadores en los diálogos de paz culparon este martes a la guerrilla del ELN y a la principal disidencia de las FARC de incumplir las treguas pactadas al imponer una ola de violencia en el oeste del país.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), en negociaciones en Cuba con el gobierno del izquierdista Gustavo Petro, anunció el viernes un “paro armado indefinido” en el departamento del Chocó, pese al alto al fuego bilateral activo desde agosto.
“Ahí no funciona, evidentemente, el cese al fuego”, reprochó este martes ante la prensa el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, para quien “el Ejército debe actuar”.
“Si se habla de un paro armado, tiene que entrar el Ejército con toda su capacidad de acción”, completó.
Más temprano, la Defensoría del Pueblo y la Iglesia católica coincidieron con la oficina del Comisionado de Paz del gobierno que la víspera tachó de “deslealtad” la arremetida armada en la región del Pacífico, que obliga a miles de habitantes, en su mayoría de comunidades negras, a confinarse.
“Ya no sabemos nosotros, desde nuestro rol de acompañamiento (de la Iglesia católica), qué hacer porque realmente sentimos que hay una burla, que no hay una palabra firme”, alertó a Blu Radio el obispo de Istmina (Chocó), Mario de Jesús Álvarez.
“Es una deslealtad con los acuerdos” del sexto ciclo de negociaciones en La Habana, en el que se prorrogó la tregua hasta agosto, aseguró el sacerdote, quien denunció un clima “de mucha zozobra y mucha angustia”.
El comisionado de paz, Otty Patiño, cuestionó la voluntad de paz del ELN y del Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las FARC con la que el gobierno dialoga desde octubre.
Aunque se pactó una tregua hasta julio, el EMC realiza acciones armadas en los departamentos de Cauca, Valle del Cauca y Nariño.
– Ola de violencia –
De acuerdo con el comisionado de paz, el EMC atacó un vehículo escolar en Piamonte (Cauca) y lesionó a dos personas, entre ellos un menor de edad, “un hecho claramente repudiable” contra el derecho humanitario.
También denunció extorsiones en Jamundí, en Valle del Cauca, y desplazamientos masivos en Nariño.
“El cese al fuego no es un permiso para la comisión de delitos y menos aún contra la población”, aseveró Patiño.
En contraste, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, dio el lunes un parte de “tranquilidad” en el Chocó, y pidió a las comunidades no desplazarse.
El Ejército afirmó que denunciará al ELN ante el mecanismo de monitoreo del cese al fuego de la ONU, pero aseguró que la situación está controlada.
“Es una tranquilidad a presión porque hay un grupo inmenso de personas que están confinadas y otro grupo de desplazados, ¿cómo decir tranquilidad si no se pueden mover?”, cuestionó monseñor Álvarez.
Una alerta temprana de la Defensoría del Pueblo fue emitida este martes ante la “intensificación de las confrontaciones armadas entre facciones disidentes de las Farc en el municipio de Olaya Herrera”, en Nariño.
Petro, el primer izquierdista en el poder en el país, apuesta por una salida final dialogada a seis décadas de conflicto armado, luego del histórico acuerdo de paz de 2016 que desarmó el grueso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Inspirado en la revolución cubana y la Teología de la Liberación, el ELN lleva casi 60 años en levantamiento armado y ha sostenido negociaciones de paz con cinco gobiernos diferentes, sin llegar nunca a un acuerdo definitivo. Según cifras oficiales, cuenta con más de 5.000 miembros en activo.
Colombia vive un conflicto armado impulsado por el narcotráfico que en más de medio siglo ha dejado 9,5 millones de víctimas.