Funes: entre el cambio social y los escándalos de corrupción

Mauricio Funes, el primer presidente de izquierda en El Salvador (2009-2014), falleció este martes a los 65 años en Nicaragua, el país que lo había acogido desde 2016 tras huir de su tierra natal acusado de delitos de corrupción. Su muerte fue anunciada por el Ministerio de Salud nicaragüense a través del medio oficialista 19digital.

“Desafortunadamente, el paciente ciudadano Carlos Mauricio Funes Cartagena, expresidente de El Salvador, (…) ha fallecido”, señala el comunicado oficial.

La causa exacta del deceso no fue revelada, pero el informe destacó que el exmandatario había sufrido complicaciones debido a una “grave dolencia crónica”. Fuentes cercanas al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), partido que lo llevó al poder, indicaron que padecía un cáncer gástrico.

Un mandato marcado por promesas y escándalos

Como periodista y presentador de televisión, Funes destacó por su incisiva labor informativa antes de irrumpir en la arena política. Su victoria electoral en 2009 rompió con dos décadas de gobiernos de Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y generó grandes expectativas.

Durante su gestión, Funes implementó programas sociales dirigidos a los sectores más vulnerables y, en un gesto histórico, pidió perdón en nombre del Estado por las atrocidades cometidas por el Ejército durante la guerra civil (1980-1992), que dejó más de 75,000 muertos.

Sin embargo, su legado quedó empañado por acusaciones de corrupción. En 2016, Funes huyó a Nicaragua ante el inicio de procesos judiciales en su contra. Se le acusaba de haber malversado 351 millones de dólares, entre otros delitos. Tres años después, el gobierno de Daniel Ortega le otorgó la nacionalidad nicaragüense, asegurándole protección frente a eventuales solicitudes de extradición.

Condenas en ausencia

En mayo de 2023, un tribunal salvadoreño condenó a Funes a 14 años de prisión por formar parte de agrupaciones ilícitas e incumplimiento de deberes, en el marco de una tregua con pandillas que buscaba reducir los homicidios. Posteriormente, en junio de 2024, fue sentenciado a ocho años más por lavado de dinero y activos, al comprobarse que había recibido una avioneta como soborno para favorecer a una empresa guatemalteca en la adjudicación de la construcción de un puente.

Su exesposa, Vanda Pignato, también enfrentó la justicia salvadoreña. En noviembre de 2024, fue condenada a tres años de prisión por su vinculación con la millonaria malversación de fondos durante el gobierno de Funes. Además, varios exfuncionarios de su administración recibieron sentencias de hasta 14 años de cárcel, incluyendo al padre de la pareja actual de Funes, quien fue procesado por lavado de dinero.

Una figura polarizadora

Funes, quien tuvo seis hijos y era egresado de la Universidad Centroamericana (UCA), experimentó de cerca la violencia que marcó la historia reciente de El Salvador. Durante el conflicto armado, perdió a su hermano mayor, Roberto, un dirigente estudiantil asesinado en 1980 por la entonces Policía Nacional.

Su muerte cierra un capítulo controvertido en la política salvadoreña, dejando un legado ambiguo: un líder que generó esperanzas de cambio, pero que terminó asociado a los mismos vicios que prometió combatir.