FUDECEN señala desafíos estructurales y oportunidades de mejora para la economía salvadoreña

Por: Saraí Escobar

La economía de El Salvador enfrenta serios desafíos estructurales que limitan su crecimiento y su capacidad para reducir la pobreza, según el presidente de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN), Óscar Cabrera. Entre 2020 y 2024, la productividad laboral del país apenas alcanzó un crecimiento del 1.1 %, muy por debajo de los niveles observados en otras economías de la región como Panamá y Costa Rica, que superan el 3 %.

 “El Salvador mantiene una estructura productiva basada en servicios de bajo valor agregado, con una industria manufacturera debilitada y bajos niveles de inversión extranjera directa”, explicó Cabrera. En 2023, el país recibió alrededor de 650 millones de dólares en inversión extranjera, muy por debajo de los más de 3,500 millones que captan economías como Costa Rica o Panamá.

A pesar del panorama general, Cabrera destacó que algunas medidas recientes han tenido efectos positivos. “Una medida positiva ha sido el incremento del 12 % al salario mínimo. Eso significa que, solo este año, más de 33,000 personas saldrán de la pobreza. Para 2026 estimamos que serán 52,000 y en 2027, unas 65,000”, aseguró. Sin embargo, también advirtió que este avance podría verse limitado si no se acompaña de una transformación en la estructura económica del país.

FUDECEN también alertó sobre la alta dependencia de las remesas familiares, que representan aproximadamente el 25 % del PIB. Se estima que, debido a factores como el endurecimiento de la política migratoria en Estados Unidos y el reciente impuesto del 1 % sobre remesas, este ingreso podría reducirse en hasta 670 millones de dólares en 2025, lo que afectaría directamente a más de 1.6 millones de salvadoreños.

El informe concluye que es urgente fortalecer sectores estratégicos como la industria manufacturera y la agroindustria, así como implementar una reforma fiscal progresiva que incluya medidas para mejorar la recaudación y reducir la desigualdad. Cabrera reiteró la importancia de un ajuste fiscal gradual que no sacrifique el gasto social: “Hacer un ajuste de 1,250 millones de dólares en solo 40 meses podría agravar la pobreza. Recomendamos extenderlo al menos a 60 meses”.