Óscar Flores
Más de 1.5 millones de fieles se congregaron en Lisboa para participar en la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), presidida por el papa Francisco.
La inmensa explanada junto al río Tajo fue testigo de un animado evento, donde jóvenes católicos de distintas partes del mundo se reunieron para pasar la noche antes de la misa final del domingo.
En un discurso interactivo y lleno de mensajes inspiradores, el papa Francisco enfatizó la importancia de levantarse tras los fracasos y momentos difíciles en la vida. A pesar de que la vigilia y la misa del domingo estaban previstas para reunir un millón de personas, la presencia de 1.5 millones superó las expectativas.
En un ambiente festivo y seguro, los jóvenes peregrinos se prepararon para un encuentro cultural y espiritual en este evento católico internacional. La jornada contó con la presencia de fieles de diferentes países, quienes se unieron para compartir su fe y celebrar esta ocasión especial.
El papa Francisco también realizó una visita al santuario de Fátima, donde rezó el rosario con jóvenes enfermos, discapacitados y prisioneros. Durante su discurso, destacó la importancia de una iglesia acogedora y abierta para todos.
En su estadía en Portugal, el papa abordó diversos temas, incluyendo la ecología, la guerra en Ucrania y la protección de las víctimas de abusos sexuales a menores por parte de la Iglesia.
La Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa ha sido un evento inspirador y trascendental para los fieles que asistieron desde diferentes rincones del mundo, fortaleciendo su fe y compartiendo un mensaje de esperanza para el futuro.