AFP
Cerca de 200 personas escogidas por sorteo iniciaron este viernes discusiones sobre la posibilidad de autorizar la eutanasia o el suicido asistido en Francia.
El proceso, que debe durar hasta marzo, es de carácter consultivo y el gobierno no tendrá ninguna obligación de adoptar sus conclusiones.
“¿El marco [actual] de acompañamiento en el final de la vida es adaptado a las diferentes situaciones que se presentan o se deben introducir cambios?”. A esta pregunta abierta debe responder para marzo esta “convención ciudadana”.
La eutanasia es legal actualmente en un puñado de países en el mundo, entre ellos Colombia, España, Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. Los diputados uruguayos aprobaron legalizarla en octubre, un proyecto a expensas de la decisión del Senado.
Aunque los términos “eutanasia”, que solo puede aplicar personal médico, o “suicido asistido”, que permite al paciente suministrarse un fármaco letal con supervisión médica, no aparecen explícitamente, estarán sobre la mesa de discusiones.
“Vuestro papel no es el de legislar”, sino “de explorar todas las opciones y de hacer propuestas”, dijo la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, ante la convención, prometiendo que tendrá en cuenta sus reflexiones en futuras iniciativas.
Las intenciones del presidente centrista, Emmanuel Macron, de 44 años, se desconocen por el momento. Aunque en un primer momento parecía favorable a cambiar las reglas sobre el final de la vida, se mostró recientemente más reticente.
En Francia, la eutanasia es un asunto delicado, sobre todo desde el caso de Vincent Humbert quien, tetrapléjico, mudo y casi ciego por un accidente de tráfico, pidió en 2003 en vano al entonces presidente conservador Jacques Chirac “el derecho a morir”.
Los cambios en las leyes sobre cuidados paliativos se han ido sucediendo desde entonces. La última, la ley Claeys-Leonetti, instauró en 2016 una “profunda y continua sedación” hasta la muerte para pacientes con una “enfermedad grave e incurable”.
Pero esto no cubre todos los casos. El mítico cineasta franco-suizo Jean-Luc Godard decidió así poner fin a sus días en septiembre a los 91 años de edad en Suiza, donde tenía su residencia, mediante suicidio asistido.
Según un sondeo en octubre de IFOP para la Asociación por el Derecho a Morir con Dignidad, un 78% de franceses es favorable a cambiar la ley con la legalización de la eutanasia o del suicidio médicamente asistido.