La cuestionada fiscal general de Guatemala, Consuelo Porras, descartó este martes renunciar pese a los intentos de removerla del cargo por parte del presidente Bernardo Arévalo, a quien tildó de “mentir” con su discurso de lucha anticorrupción.
En un mensaje ante decenas de fiscales y transmitido por redes sociales, Porras, cuyo mandato concluye en 2026, calificó las acciones del presidente de “espurias, maliciosas y antidemocráticas”.
El lunes, Arévalo, quien asumió el poder el 14 de enero, entregó personalmente al Congreso un proyecto de reforma para facilitar la remoción de la fiscal, pues carece de facultades legales para hacerlo.
“No le mientan más a la gente. Ustedes se refieren a un ciclo oscuro, pero déjenme decirle que el ciclo oscuro es el de ustedes, ya que su bandera ha sido anticorrupción y en más de 100 días de su gobierno no han presentado ni una sola denuncia”, afirmó.
Porras le dijo al presidente que se dedique a la “gobernanza y deje de culpar al Ministerio Público” de los problemas del país.
“Ya deje de mentir a la gente, sea serio, póngase a trabajar”, añadió en tono fuerte, al indicar que en casi cinco meses de gobierno solo ha ejecutado el 10% del presupuesto nacional.
La fiscal, sobre quien pesan sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea al considerarla “corrupta”, puso en jaque la transición presidencial al emprender en 2023 acciones judiciales contra la elección de Arévalo y su partido Semilla.
El mensaje de la fiscal había despertado expectativas sobre su renuncia o permanencia en el cargo.
Reafirmando su decisión de concluir su mandato, Porras señaló que seguirá siendo “un obstáculo para todos los que atentan contra la democracia”.
“Sí seré un obstáculo para un corrupto”, insistió, tras recordar que el partido Semilla de Arévalo está bajo investigación por supuestas irregularidades en su constitución en 2017.