Redacción: Javier Ponce
Coloridos gallardetes y frutos de la temporada son los elementos que tradicionalmente acompañan a las cruces que se colocan en las iglesias y casas de feligreses católicos cada 3 de mayo para celebrar el Día de la Cruz.
Acercarse, persignarse, hacer una oración y tomar un fruto conforman el rito de veneración de la cruz. Esta celebración religiosa anuncia la llegada de la época lluviosa y el inicio del período de cultivos, los cuales se agradecen a Dios y a la tierra.
El origen de esta tradición nace en Jerusalén cuando un 3 de mayo se encontraron restos de la cruz de Cristo. Este día también es considerado el Día del Albañil, pues una fecha como hoy pero en 1,294 se inició la construcción de la Basílica de la Santa Cruz ubicada en Florencia, Italia.
Sin duda la fe, las creencias y religiosidad popular son los aspectos que permitan que esta tradición perdure en el tiempo.