AFP
Europa corre el riesgo de sufrir una escasez de gas en el invierno de 2023-2024, alertó este jueves la Agencia Internacional de Energía (AIE), que insta a los gobiernos a “actuar inmediatamente” para reducir la demanda.
La región podría enfrentarse a un déficit de 30.000 millones de metros cúbicos de gas para el año que viene, que podría concretarse si Rusia detiene por completo los suministros y China comienza a absorber gran parte del gas natural licuado (GNL), calcula esta agencia con sede en París.
Las reservas europeas estarían tan solo al 65% al comienzo del invierno de 2023-2024, frente al 95% actual, indicó su director Fatih Birol durante una conferencia de prensa en línea.
– Cuidado con “el exceso de confianza” –
“El +colchón+ que nos dan los niveles de reserva actuales, al igual que la reciente bajada de los precios del gas y las temperaturas inhabitualmente suaves, no deberían conducir a conclusiones demasiado optimistas sobre el futuro”, advierte la AIE, que dice que para el verano de 2023 las condiciones geopolíticas y económicas mundiales para abastecerse serán seguramente bastante diferentes a las de 2022.
Este verano, el abastecimiento de las reservas aprovechó “factores clave que podrían no repetirse en 2023”.
Empezando por la posición de Rusia, cuyos gasoductos entregaron este año cantidades casi normales en el primer semestre, antes de que las entregas se ralentizasen por la guerra en Ucrania. En total, el país ha suministrado unos 60.000 millones de m3 a la Unión Europea este año, pero la AIE señaló que es “altamente improbable” que Rusia entregue la misma cantidad en 2023 y podría cesar por completo los envíos.
Además, China necesitó menos GNL este año, facilitando las compras europeas. Se prevé que la producción mundial de GNL aumente, pero solo en 20.000 millones de m3. Si las importaciones chinas vuelven en 2023 al nivel de 2021, absorberán gran parte del aumento, considera el análisis, titulado “Nunca es demasiado pronto para preparar el invierno 2023-24”.
Con la relajación de los precios este otoño y la limitada demanda por el clima templado, “hay un riesgo de exceso de confianza que se insinúa sobre el tema del abastecimiento de gas de Europa. Sin embargo, no hemos llegado al final de nuestros problemas”, comentó Birol.
– Medidas inmediatas –
Los gobiernos deben “tomar medidas inmediatas para acelerar la eficiencia energética, el despliegue de energías renovables, de bombas de calor, y cualquier otro medio para reducir estructuralmente la demanda de gas”, indicó el economista, que debe reunirse con varios representantes de gobiernos europeos el viernes, para dar “la voz de alarma para el próximo invierno”.
La Agencia prevé publicar próximamente ”una hoja de ruta” que propondrá una lista de estas acciones concretas que ”permitirían tener reservas llenas al 95% al comienzo de la temporada de calefacción 2023-24 y reducir estructuralmente el consumo de gas durante el invierno”.