AFP
El huracán Eta, que golpeó con fuerza la región caribeña de Nicaragua y Honduras causando la muerte de tres personas, avanza este miércoles ya degradado a tormenta tropical hacia el interior del territorio nicaragüense con vientos máximos de 95 km/h.
La tormenta, aún con potencial de generar lluvias e inundaciones, alcanzó el triángulo minero, en la región del caribe norte de Nicaragua, en la madrugada del miércoles con vientos máximos sostenidos de 95 km/h y ráfagas más altas, según el último informe del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
“El debilitamiento continuo ocurrirá mientras Eta se mueve por tierra durante los próximos días, y Eta debe convertirse en un depresión tropical” en la noche de este miércoles en su avance hacia Honduras, según el reporte.
El martes el fenómeno impactó la costa como un huracán de categoría 4 y desde entonces fue perdiendo fuerza.
En su avance por el llamado triángulo minero de Nicaragua, una zona de extracción artesanal de oro, la tempestad acabó con la vida de Ervin Rayo y William Castro, ambos de 38 años y quienes murieron al derrumbarse una mina donde trabajaban en el municipio de Bonanza, según informó el director de Cruz Roja, Auner García, al canal 10 de televisión.
Mientras que en Honduras una niña murió por el derrumbe de una vivienda en la norteña San Pedro Sula, la segunda ciudad del país, según autoridades locales.
Eta castigó con fuertes vientos y lluvias la localidad de Bilwi, donde impactó el martes con vientos de 240 km/h, causando cortes de carreteras y desbordes de ríos en poblados y aldeas situados sobre el litoral.
El ministro de Infraestructura, Óscar Mojica, dijo que la caída de “bastantes árboles” afectó el tránsito en toda la región.
El caudaloso río Wawa, que une Bilwi al resto del país, se desbordó.
– “Noche de terror” –
El huracán arrancó numerosos techos de viviendas en la región, donde la población de origen indígena y afrodescendiente sufrió los furiosos efectos del ciclón desde la tarde del lunes.
“Bilwi está muy afectado, hay barrios aledaños y puentes inundados, muchas casas sin techo y la situación sigue porque el huracán sigue su paso hacia adentro del territorio con mucha lentitud”, dijo el voluntario de organismos comunitarios Kevin González.
“Fue una noche de terror”, contó por su parte a la AFP Joel Quin, un habitante de Bilwi de 35 años.
Giovany Nelson, de 34 años, contó que permaneció junto a su familia “encerrado en un cuarto escuchando cómo el viento desbarataba el techo”. La magnitud de la tempestad “nos sorprendió y llenó de zozobra”.
Pero la vicepresidenta nicaragüense, Rosario Murillo, adelantó que Eta “no ha sido tan catastrófico en daños materiales como se esperaba”.
En Bilwi y las comunidades adyacentes del Caribe viven unas 100.000 personas, en su mayoría indígenas dispersos en poblados que han sido afectados por el huracán, como Tuapí, Krukira, Sandy Bay, Cabo Gracias a Dios, Prinzapolka, Wawabar, Karatá, Haulover, Wauhta, Kamwatla y Walpalsiksa.
En la comunidad costera de Prinzapolka, los vientos de Eta desprendieron las láminas de zinc de las casas de madera, que salieron volando, dijo a la AFP el maestro miskito Kevin Lacwood.
El gobierno había informado de la evacuación de 20.000 personas a casas seguras o refugios.
– Apoyo internacional –
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) informó que “está proporcionando apoyo logístico y de telecomunicaciones, incluidos almacenes móviles, oficinas prefabricadas, sistemas de generación y radio y satélite para apoyar” la emergencia en el Caribe.
A su vez, Unicef advirtió que cerca de 500.000 niños y adolescentes están en riesgo por el paso de Eta y anunció la entrega de suministros de emergencia para higiene, recipientes de agua y tabletas de desinfección para dar respuesta a las necesidades de los niños y sus familias, incluidas 10.000 personas evacuadas de los Cayos Miskitos, frente a Bilwi.
En Honduras, unas 500 personas fueron evacuadas en ciudades del Caribe a causa de las inundaciones y trasladadas a albergues.
Las fuertes lluvias azotaban los puertos hondureños de La Ceiba y Tela, donde las lluvias provocaron crecidas de una quebrada y los ríos Lean y La Masica en el departamento caribeño de Atlántida.
También golpeaban el oriental departamento hondureño de Gracias a Dios, habitado por indígenas misquitos.
Mientras en El Salvador, el presidente Nayib Bukele dijo el martes en cadena nacional de radio y televisión que más de 100.000 personas del gobierno, instituciones de socorro, policía y ejército están listos para ayudar a la población por los efectos del huracán y llamó a seguir las medidas preventivas y estar preparados por si hay necesidad de ser evacuados.