Por AFP
España, Corea del Sur e Israel impusieron este viernes controles a pasajeros procedentes de China, por preocupaciones consideradas “comprensibles” por la OMS ante la nueva ola de covid en el gigante asiático.
Esos tres países se sumaron a Estados Unidos y a varias naciones europeas y asiáticas, que adoptaron medidas similares desde que China levantó repentinamente a inicios de mes todas las restricciones sanitarias para controlar la pandemia.
“Vamos a implementar los controles en nuestros aeropuertos exigiendo a los pasajeros procedentes de China una prueba negativa o un certificado de vacunación completa”, anunció la ministra de Sanidad española, Carolina Darias.
Corea del Sur tomó la misma decisión, efectiva hasta “febrero del próximo año”, indicó el primer ministro surcoreano, Han Duck-soo.
También Israel ordenó a las aerolíneas que solo aceptaran a bordo de vuelos desde China a extranjeros que presenten “un test negativo”.
Estados Unidos, Italia, Japón y Taiwán, entre otros, ya habían impuesto controles en los aeropuertos a los viajeros procedentes del gigante asiático.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) consideró sin embargo que esas pruebas son “injustificadas” en la Unión Europea (UE), dado el nivel de inmunidad de la población del bloque y la presencia de las mismas variantes de covid que en China.
Científicos occidentales expresaron sin embargo su temor de que la celeridad de la propagación del virus en China propicie la aparición de nuevas variantes.
Alemania reclamó precisamente intensificar en los aeropuertos europeos la vigilancia para poder detectarlas.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que los controles son “comprensibles”, porque “servirán para proteger a la población” ante “la falta información por parte de China” sobre la evolución de la pandemia.
El gobierno chino juzgó en cambio que las precauciones adoptadas son resultado de la “exageración, difamación y manipulación política” orquestadas por la prensa occidental.
“Desde la aparición de la epidemia, China comparte información y datos fiables con la comunidad internacional, incluida la OMS, de manera abierta y transparente”, dijo el viernes un portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.
– Datos poco fiables –
Tres años después de la aparición de los primeros casos de coronavirus en Wuhan (centro), China puso fin el 7 de diciembre a su política draconiana de “covid cero”.
La población estaba ampliamente protegida del virus gracias a pruebas de detección generalizadas y un seguimiento estricto de los desplazamientos, así como por los confinamientos y las cuarentenas obligatorias desde el descubrimiento de un contagio.
Estas medidas extremas, que mantenían al país en gran medida aislado del resto del planeta, asestaron un duro golpe a la segunda economía mundial y provocaron en noviembre manifestaciones de descontento contra las autoridades del país comunista.
Desde que se levantaron las restricciones, los hospitales chinos se ven abrumados por una avalancha de enfermos, en su mayoría ancianos vulnerables porque no están vacunados, y en muchas farmacias se agotaron los medicamentos contra la fiebre.
A pesar del repunte epidémico, las autoridades también pondrán fin el 8 de enero a las cuarentenas obligatorias a la llegada al país y permitirán a los chinos viajar al extranjero, después de tres años de fronteras prácticamente cerradas.
El Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reportó el jueves solo 5.515 nuevos casos y una muerte por covid.
Pero esas cifras ya no parecen reflejar la realidad, puesto que las pruebas generalizadas dejaron de ser obligatorias y los criterios de fallecimiento por el virus se modificaron.