AFP
La comunidad internacional debe hacer más para que las empresas e individuos más ricos del mundo paguen su cuota “justa” de impuestos, dijeron este miércoles los ministros de Finanzas de Brasil y Francia.
Brasil, que este año preside el G20, ha estado presionando para que el grupo adopte para el verano (boreal) una postura conjunta que prevenga la evasión fiscal por parte de los multimillonarios.
“La tributación internacional justa no es sólo un tema de economistas progresistas, sino una preocupación clave en el corazón mismo de la gestión macroeconómica actual”, dijo el ministro de Finanzas brasileño, Fernando Haddad, durante un evento del Fondo Monetario Internacional en Washington.
“Sin una mejora de la cooperación internacional, quienes están arriba (en la escala de riqueza) continuarán encontrando la forma de evadir los sistemas tributarios existentes” pues “sin cooperación hay un límite a lo que los Estados pueden hacer”, insistió Haddad.
Pidió a los países promover “sistemas tributarios justos, transparentes, eficientes y más progresivos” para que el sistema sea “más justo”.
En la misma línea, el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, reiteró en la reunión sus llamados a crear un impuesto mínimo global y a tomar medidas enérgicas contra la evasión fiscal.
Francia está entre las economías más desarrolladas del mundo que apoyan una tasa impositiva mínima global de 15% a las grandes empresas, y ya aplica un impuesto mínimo a los gigantes tecnológicos mundiales.
“El futuro del mundo no puede ser una carrera hacia el abismo”, dijo Le Maire. “Esto también aplica a los impuestos.”
En enero, la Unión Europea introdujo una tasa impositiva mínima de 15% para las multinacionales en sus 27 Estados miembros.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un impuesto mínimo global podría generar 200.000 millones de dólares adicionales en ingresos cada año.
Le Maire tambiénhizo un llamado a las personas más ricas del mundo. “Todos tienen que pagar su cuota justa de impuestos”, afirmó.
Si se tiene en cuenta que hay en el mundo unos 3.000 ultra ricos, un impuesto de 2% produciría ingresos adicionales de unos 250.000 millones de dólares, según el economista francés Gabriel Zucman.