AFP
Siete años después de comenzado el escándalo Snowden, surgen en Dinamarca nuevas acusaciones de espionaje a aliados cercanos por parte de Estados Unidos, en particular en lo que respecta al sector de la defensa y una licitación para la compra de caza-bombarderos obtenida por el F-35 estadounidense.
Requerido por la AFP, el ministerio de Relaciones Exteriores danés se negó a realizar comentarios este lunes de mañana, apenas horas después de revelaciones hechas por el primer canal de televisión pública del país, DR.
Estas acusaciones hacen referencia al periodo 2012-2015, lo que da a entender que el espionaje a sus aliados por parte estadounidense continuó durante y luego de las revelaciones del caso Snowden, que detonó en 2013.
Las mismas se apoyan en informes internos de la inteligencia danesa, que fueron escritos por un ‘lanzador de alertas’ con la intención de hacer movilizar a su jerarquía, de acuerdo a DR.
Según su investigación, la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de EEUU) “echó mano a una colaboración de alto secreto daneso-estadounidense de vigilancia para espiar adrede a los ministerios centrales y empresas privadas de Dinamarca”.
De acuerdo a lo informado por DR, una parte significativa de este espionaje concernía al sector de la defensa y en especial a la elección por parte de Dinamarca de un nuevo avión de combate, que finalmente se tradujo en la compra de 27 unidades del F-35 estadounidense.
El caza-bombardero de Lockheed-Martin se impuso en 2016 a sus rivales, sobre todo europeos, el Eurofighter (Airbus, BAE y Leonardo) y el Gripen del grupo sueco Saab, en un contrato estimado en un monto de 3.000 millones de dólares (unos 2.530 millones de euros).
Otros aliados de Washington, como Alemania, Francia, Noruega, Holanda e inclusive la propia Suecia, también han sido objeto de espionaje mediante esta vía, según DR.