Elección del protegido de Erdogan en Chipre del Norte, ¿un nuevo giro en una isla dividida?

AFP

El nacionalista Ersin Tatar, el protegido de Ankara, provocó la sorpresa el domingo con su victoria en las elecciones de la autoproclamada República turca de Chipre del Norte (RTCN), que solo reconoce Turquía.  

¿Cómo se ha llegado a este resultado? ¿Qué impacto puede tener para el proceso de reunificación de Chipre? ¿Y para los equilibrios de poder del Mediterráneo oriental, en tensión por los intereses turcos?

– ¿Un resultado predecible?

Ersin Tatar se colocó en cabeza tras la primera vuelta de las elecciones el 11 de octubre, con el 32% de los votos, por delante del predecesor en el cargo, el “presidente” Mustafa Akinci (30%), que mantiene una relación más fría con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. 

A pesar de contar con el apoyo del tercer candidato en liza, el también socialdemócrata Tufan Erhurman (22%), Akinci no fue capaz de lograr la victoria que predecían algunos analistas. 

Para Mete Hatay, politólogo del centro de investigaciones bicomunitarias de Chipre, PRIO, el voto de los colonos e inmigrantes turcos que tienen la ciudadanía -cerca del 30% del electorado- ha inclinado la balanza a favor de Tatar, sobre todo en las zonas rurales.   

La elevada participación durante la segunda ronda (por encima del 67% frente al 58% de la primera vuelta) benefició igualmente a Tatar, que además contó con el apoyo de Turquía durante la campaña. 

El presidente saliente, Akinci, reconoció su derrota pero recordando las interferencias turcas en la campaña electoral. La semana pasada denunció la “campaña de desinformación” de los medios proturcos y haber recibido amenazas ordenándole que se retirara. 

El lunes, el presidente turco Erdogan negó toda responsabilidad en las elecciones y pidió respetar “la voluntad” de los turcochipriotas, “traicionados” por la Unión Europea a pesar de sus esfuerzos para resolver el conflicto en Chipre.   

– ¿Qué impacto puede tener en las negociaciones con el sur?

En 1974, el ejército turco invadió el tercio norte de Chipre en respuesta a un golpe de Estado que buscaba unir la isla a Grecia. Desde entonces, La República de Chipre, único territorio reconocido por la comunidad internacional y miembro de la Unión Europea desde 2004, ejerce su autoridad sobre las dos terceras partes situadas al sur de una zona tapón vigilada por la ONU. En 2017 fracasaron las últimas negociaciones oficiales entre las dos partes para resolver el conflicto. 

El presidente saliente, Mustafa Akinci, había reavivado la esperanza de una reunificación proponiendo la creación de un Estado federal, mientras que Tatar defiende la solución de dos Estados.  

En el discurso de su victoria electoral, Tatar declaró que volverá “cuando sea necesario” a la mesa de negociaciones, pero dejando claro que los turcochipriotas no harán concesiones en ciertos aspectos de “soberanía”.   

La ONU tiene que convocar dentro de poco una reunión con todas las partes: Turquía, Grecia y Gran Bretaña, la antigua potencia colonial. 

El presidente chipriota, Nicos Anastasiades, no reaccionó hasta este lunes por la mañana y, en una declaración prudente, pidió a Tatar una respuesta favorable a la iniciativa de la ONU. 

Erdogan se comprometió el domingo a trabajar con Tatar para “resolver la cuestión chipriota”.

Akinci buscó reducir las relaciones con Ankara, de quien depende económicamente Chipre del Norte. Algunos observadores consideran que esta dependencia va a aumentar, llegando a plantearse claramente la anexión de la RTCN a Turquía, que mantiene 30.000 soldados en la zona. 

“Todo puede ocurrir”, afirmó el politólogo del centro PRIO Mete Hatay, “pero hay que conseguir el apoyo de los turcochipriotas (para que respalden una anexión) e incluso los que votaron a Tatar no están preparados para apoyarla en este momento”. 

– ¿Qué consecuencias para el Mediterráneo oriental?

Chipre del Norte es una pieza clave en la estrategia turca para el Mediterráneo oriental, donde su principal oposición son Grecia y los chipriotas griegos.

Durante la llamada que Erdogan realizó a Tatar tras su victoria, el presidente turco reafirmó la continuidad de su cooperación “empezando por las actividades ligadas a los hidrocarburos”.  

En este contexto, las conversaciones sobre Chipre entre Grecia y Turquía, bajo el amparo de la ONU,  podrían ser, según Mete Hatay, “una buena forma de reunir a todos los actores en torno a una mesa para que aborden las tensiones” regionales.