AFP
Las zonas de la selva tropical atlántica en Brasil en manos de indígenas sufren menos deforestación si esos pueblos autóctonos poseen títulos de propiedad sobre las tierras, según un estudio publicado esta semana.
El estudio comparativo fue publicado por la revista científica británica PNAS Nexus.
“Incluso en las zonas muy desarrolladas y desforestadas, conceder títulos de propiedad a los pueblos autóctonos mejoró significativamente los resultados” en términos de preservación forestal, indicó a la AFP Rayna Benzeev, autor principal del estudio e investigador de la estadounidense universidad de Colorado.
“Tras formalizar esos derechos, la superficie arbolada aumentó cada año como promedio un 0,77%, en comparación con aquellas tierras donde no se concedieron esos derechos”, explicó.
La selva atlántica brasileña (el segundo bosque tropical del país después de la Amazonía) se extiende a lo largo de unos 3,000 km de costa. Es un ecosistema muy acosado por la urbanización, la agricultura o la explotación forestal o minera.
Frente al 80% de selva preservada en la Amazonía, solamente el 12% de la selva atlántica se mantiene virgen.
Rayna Benzeev y sus colegas analizaron los datos de cambios en la superficie forestal y de propiedad a partir de 129 territorios indígenas, entre 1985 y 2019.
“Incluso antes de llegar a la etapa final para el reconocimiento de nuestros derechos, ya empezamos a ocuparnos de nuestros bosques y a plantar nuestros cultivos tradicionales”, declaró a periodistas Jera Poty Mirim, una responsable guraní.
La Constitución brasileña establece en su artículo 231 sus “derechos originarios sobre las tierras que tradicionalmente ocupan, compitiéndole a la Unión demarcarlas, protegerlas y hacer respetar todos sus bienes”.
Pero la deforestación es continua, así como los incidentes entre las tribus, los agricultores y los ganaderos o mineros ilegales.
“Otorgar títulos de propiedad a los pueblos indígenas es crucial si queremos garantizar el fin de la deforestación y preservar el equilibrio climático”, indicó Paulo Moutinho, un científico del Instituto de Investigación Medioambiental de la Amazonía en Brasil, a la AFP.
Entre 2000 y 2020 Brasil perdió más de 20 millones de hectáreas de bosque, es decir, el 6% de su superficie forestal, según Global Forest Watch.