Cuando el hombre envía mosquitos a combatir los males que transmiten

AFP

Suenan campanas de guerra contra los mosquitos: desde la cría industrial al insecto genéticamente modificado, varias iniciativas tratan de usar estos chupadores de sangre para hacer frente a la propagación de virus que ellos mismos transmiten, como el dengue.

La “start-up” francesa InnovaFeed anunció el miércoles que “coconstruirá” un criadero de mosquitos a escala industrial, en asociación con el World Mosquito Program (WMP), un programa de investigación australiano sin ánimo de lucro.

El dengue produce fiebre alta, dolores articulares y cansancio. Excepcionalmente, puede provocar la muerte si se traduce en hemorragia o afecta los órganos vitales.

El número de casos señalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se multiplicó por ocho en las últimas dos décadas, pasando de más de 500.000 en 2000 a más de 2,4 millones en 2010 y 4,2 millones en 2019. Entre 2000 y 2015, el número de muertes registradas se disparó de 960 a 4.032.

El World Mosquito Program desarrolló hace casi una década un procedimiento que permite inocular en las hembras una bacteria presente en su estado natural en “60% de los insectos en el mundo” y “suprimir la transmisión de estos virus (dengue, sobre todo) al ser humano”, declaró a la AFP su portavoz, Bruno Col.

Este programa de investigación colaborativa, financiado principalmente por la fundación Bill y Melinda Gates, llevó a cabo varias operaciones para soltar mosquitos portadores de esta bacteria llamada Wolbachia, primero en Australia y posteriormente en Brasil, Nueva Caledonia e Indonesia.

Inoculada al mosquito, esta bacteria “reduce la duración de vida de la hembra y reduce el riesgo de que se infecte con el virus si pica a una persona enferma, impidiendo así la transmisión” a otra persona, explica a la AFP Anna-Bella Failoux, entomóloga y directora de investigación del Instituto Pasteur.

Esta bacteria tiene un “efecto inhibidor en la transmisión de un virus”: “La bacteria y el virus colonizan el mismo entorno, esto es, la célula” y “compiten por los recursos celulares para asegurarse su multiplicación”, agrega.

Además, esta estrategia limita la población de mosquitos, puesto que el apareamiento de una hembra portadora de la bacteria con un macho salvaje da origen a una descendencia inviable, según Failoux.

En Indonesia, el WMP llevó a cabo un estudio entre una población de alrededor de 300.000 personas. “Al cabo de tres años, pudimos demostrar científicamente que habíamos reducido la incidencia del dengue en las regiones donde habíamos introducido la Wolbachia en un 77%”, declaró Col.

– Un ejército de 750 millones –

Pero frente a la proliferación de mosquitos y la propagación cada vez más rápida de enfermedades que transmiten a la especie humana -zika, chikunguña y fiebre amarilla, además del dengue-, el programa quiere redoblar sus esfuerzos.

“La idea es poder ayudar a ciudades de varios millones de personas”, explicó a la AFP Aude Guo, cofundadora de InnovaFeed.

El anuncio de esta “start-up” tuvo lugar varios días después de que la empresa biotecnológica Oxitec, basada en el Reino Unido, obtuviera luz verde de la agencia estadounidense de protección del medioambiente para soltar mosquitos modificados en laboratorio en Florida, donde el dengue causa estragos desde 2013. 

El objetivo es “suprimir las poblaciones salvajes locales de mosquitos que propagan enfermedades”, indicó a la AFP Oxitec.

Portadores de un “gen autolimitante”, estos mosquitos se aparean con hembras salvajes y su “progenitura hereda una copia de ese gen, que impide a las hembras sobrevivir hasta la edad adulta” y por lo tanto reproducirse y expandir la población, según Oxitec.

Además, “la progenitura masculina sobrevive con una copia del gen autolimitante” y lo transmite a su vez a “la mitad de su progenitura, impidiendo la supervivencia de las hembras”.

Así, Oxitec podría enviar hasta 750 millones de estos mosquitos macho genéticamente modificados a hacer la guerra en Florida.