AFP
En la playa El Zonte en El Salvador, conocida por ser un paraíso para los surfistas, la comerciante María Aguirre comparte su experiencia sobre la inversión en Bitcoin que realizó hace cuatro años. Con una inversión inicial de 2.200 dólares, Aguirre celebra haber visto crecer su inversión a 19.000 dólares, gracias a la reciente alza en el valor de la criptomoneda.
El entusiasmo de Aguirre se suma a la celebración del presidente Nayib Bukele, quien la semana pasada anunció que el gobierno posee 5.689 bitcoins, valorados en 406 millones de dólares. Sin embargo, a pesar de estos éxitos financieros, el uso generalizado del Bitcoin en El Salvador sigue siendo limitado, a pesar de que el país se convirtió en el primero en el mundo en adoptarlo como moneda de curso legal en 2021.
La “Bitcoin Beach” de El Zonte, ubicada a 58 km al suroeste de San Salvador, es un caso excepcional donde el uso del Bitcoin para transacciones cotidianas se ha vuelto común. Aquí, tanto los locales como los turistas utilizan la criptomoneda para realizar pagos en establecimientos comerciales que la aceptan, como la “Tienda Mary” de María Aguirre.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por impulsar el uso del Bitcoin, la adopción a nivel nacional sigue siendo limitada. Una encuesta de la Universidad Centroamericana reveló que el 88% de los salvadoreños no utilizó el Bitcoin durante 2023.
En otros lugares de El Zonte, comerciantes como Blanca Castillo y Rosalina Franco también comparten sus experiencias con la criptomoneda. Aunque han experimentado ganancias, reconocen los riesgos asociados con la volatilidad del mercado del Bitcoin.
El objetivo inicial de Bukele al introducir el Bitcoin era fomentar la bancarización de la población y reducir los costos de envío de remesas familiares. Sin embargo, estos objetivos no se han materializado completamente, ya que solo el 1% de las remesas recibidas en 2023 fueron canalizadas a través de billeteras digitales de Bitcoin.
A pesar de los desafíos, la “Bitcoin Beach” de El Salvador sigue siendo un punto de referencia para la adopción de criptomonedas en la vida cotidiana, mientras el país continúa navegando por las oportunidades y desafíos asociados con la revolución digital del dinero.