AFP
La alcaldesa de París y otros responsables políticos expresaron este lunes su conmoción por la muerte de una niña de 12 años, cuyo cuerpo fue hallado en un baúl el viernes, mientras los dos principales sospechosos comparecen ante un juez.
“París llora a la pequeña Lola. Nuestros pensamientos están con ella y su familia”, tuiteó la regidora Anne Hidalgo, quien visitó este lunes el centro de secundaria Georges Brassens, en el noreste de capital, donde estudiaba la menor.
El cuerpo sin vida de la niña apareció el viernes por la noche en una zona común del edificio en el que vivía, después que sus padres señalaran la desaparición de la joven que no regresó de su centro educativo situado a pocos metros.
La policía detuvo a seis personas. Dos terminaron este lunes ante un juez, que debe decidir si imputarlos en este caso abierto por homicidio de una menor de 15 años, violación con actos de tortura y barbarie, y ocultación del cadáver, según una fuente judicial.
La principal sospechosa es una mujer de 24 años, que presentaría problemas psicológicos. La mujer, detenida el sábado de madrugada al noroeste de París, aparece en las imágenes de videovigilancia del inmueble, donde residía la colegiala.
Un testigo también señaló la presencia de esta mujer, que le habría pedido ayuda para desplazar un gran baúl, según varios medios.
El otro sospechoso es un hombre de 43 años, que habría acogido y transportado a la presunta autora.
Según la autopsia, Lola murió asfixiada, según una fuente próxima a la investigación. Las primeras comprobaciones señalaron importantes heridas en el cuello.
La investigación intenta determinar qué motivó y qué ocurrió desde la desaparición de la menor hasta el descubrimiento de su cadáver por un sin techo de 42 años.
En el centro de secundaria Georges Brassens, el sentimiento era este lunes de miedo y de incredulidad. En la mañana, los representantes de los padres y madres de alumnos se organizaron para acoger a los adolescentes.
“Mi hija tiene miedo. No quiso venir hoy”, confía una madre, que pidió el anonimato. Mafy, otra madre de 45 años y cuyo hijo iba a clase con Lola, asegura que este “no quiere comer nada” desde el viernes.
El ministro de Educación, Pap Ndiaye, acudió también este lunes al centro, donde participó en un minuto de silencio en la sala de profesores y en el aula de Lola, según el ministerio.
Las autoridades desplegaron una unidad de apoyo psicológico para los alumnos, profesores y padres conmocionados por el drama ocurrido en este concurrido barrio familiar.