Oscar Flores
En las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el proceso de votación no se basa exclusivamente en el voto popular a nivel nacional, sino en el “Colegio Electoral”, un sistema indirecto que asigna electores a cada estado.
Cada estado tiene un número determinado de votos electorales, proporcional a su población, y el objetivo de los candidatos es alcanzar al menos 270 de los 538 votos electorales para ganar la presidencia.
En casi todos los estados, el candidato que obtiene la mayoría del voto popular se lleva todos los votos electorales de ese estado, un sistema conocido como “el ganador se lleva todo”. Solo Maine y Nebraska tienen un sistema diferente, dividiendo sus votos según los resultados en distritos.
Este sistema otorga un peso especial a los “estados clave” o “péndulo”, aquellos donde la votación puede inclinarse hacia cualquiera de los dos partidos y, por lo tanto, decidir la elección. Una vez que los votos populares son contados, el Colegio Electoral se reúne en diciembre para emitir sus votos y formalizar al presidente electo, siguiendo en teoría la voluntad del voto popular en sus estados.