Óscar Flores
Tras el naufragio de una embarcación con 27 migrantes afganos a bordo en la costa caribeña de Panamá, el número de muertos se ha elevado a cinco, según informó la policía fronteriza este viernes. La búsqueda de un desaparecido continúa.
El director del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), Jorge Gobea, confirmó que entre los fallecidos se encuentra un menor de edad, e incluso había un bebé de tres meses en la embarcación. Gobea describió las difíciles condiciones marítimas que complican las tareas de rescate, especialmente debido a la intransitabilidad del mar y la ubicación de los cuerpos en riscos de difícil acceso por tierra.
Se sospecha que los migrantes eran trasladados por traficantes de personas. Panamá se ha convertido en una ruta peligrosa para aquellos que intentan llegar a Estados Unidos desde Sudamérica, principalmente venezolanos, haitianos, ecuatorianos y asiáticos, entre otros.
La mayoría de los migrantes ingresan por la selva del Darién, en la frontera con Colombia, o en embarcaciones por la comarca indígena de Guna Yala. Sin embargo, esta ruta marítima es particularmente peligrosa debido a las inclemencias del tiempo y la presencia de grupos criminales que operan en la zona.
En 2023, más de 520,000 personas, incluyendo 120,000 niños, cruzaron la selva del Darién, marcando un récord. En enero de 2024, más de 36,000 migrantes ya han atravesado esta región, un aumento significativo con respecto al año anterior.
Los grupos criminales explotan la desesperación de los migrantes ofreciendo rutas engañosas y peligrosas, lo que agrava aún más la tragedia humanitaria en la región.
Este último incidente resalta la urgente necesidad de abordar las condiciones extremadamente peligrosas que enfrentan los migrantes en su búsqueda de una vida mejor.