AFP
Las autoridades de la provincia de Henan, en el centro de China, comenzaron el domingo a investigar las causas de un incendio en el dormitorio de una escuela en el que murieron 13 niños.
El fuego en la escuela Yingcai de la aldea Yanshanpu fue reportado a los bomberos a las 23H00 (15H00 GMT) del viernes y extinguido 40 minutos más tarde, informó la agencia noticiosa oficial Xinhua.
Trece alumnos murieron en el siniestro y otra persona sufrió heridas, según la misma fuente.
Decenas de policías se encontraban el domingo en el interior del centro, constataron periodistas de la AFP.
“Una investigación está en curso en el interior, nadie puede ingresar”, dijo un funcionario.
Varias ventanas de uno de los lados del edificio estaban rotas, la única señal del siniestro ocurrido en las instalaciones.
Barras metálicas bloquean las ventanas de la escuela, en cuya fachada hay un cartel donde se puede leer: “Entren felices a la escuela infantil y regresen a sus casas felices”.
Un profesor de la escuela dijo al Diario de Hebei que todas las víctimas eran alumnos de la misma clase de primaria, de entre 9 y 10 años.
En un video difundido en la red social china Weibo, un hombre llamado Fan, padre de un niño fallecido en el incendio, afirmó que fueron extraídas muestras de sangre de los padres para compararlas al ADN de las víctimas.
“Nosotros, los padres, todavía no hemos visto a nuestros hijos (…) No podremos verlos hasta que estén disponibles los resultados”, escribe Fan.
“Mi hijo estudió mucho”, dice. “No puedo aceptarlo”.
– Sin explicaciones oficiales –
La mañana del domingo, varias tiendas aledañas a la escuela permanecían cerradas.
Algunas personas se detenían para observar la escena.
Las autoridades de la zona investigan las causas del incendio y al menos una persona cercana a la escuela fue detenida, informó Xinhua el sábado.
Por el momento, no han trascendido explicaciones oficiales de la causa del fuego, aunque algunos medios locales sugieren que se debió a un aparato eléctrico de calefacción.
La aldea de Yanshanpu se ubica en las afueras de Nanyang, una ciudad de 10 millones de habitantes a unos 850 km al oeste de Shanghái.
Había poca información disponible sobre el internado, aparte de videos en redes sociales en los que se ven niños pequeños vistiendo batas con el logo de la escuela y otros más mayores estudiando caligrafía.
Responsables locales mantuvieron el sábado una reunión sobre el incendio y las medidas de seguridad. “La vida está por encima de todo y es necesaria una respuesta rápida”, indicó un informe de la reunión, publicado el domingo por la radio y la televisión de Nanyang.
Las autoridades se comprometen a “aportar apoyo emocional a las familias de las víctimas” y a “indemnizarlas”, según el comunicado.
Incendios y otros accidentes mortales son frecuentes en China debido a los bajos estándares de seguridad y la aplicación flexible de la normativa.
En noviembre, 26 personas murieron y decenas fueron hospitalizadas después de un incendio en una empresa de carbón en la provincia de Shanxi, en el norte.
Un mes antes, una explosión en un restaurante en el noroeste del país dejó 31 muertos y llevó a las autoridades a prometer una campaña nacional para resguardar la seguridad en los lugares de trabajo.
En abril, un incendio en un hospital de Pekín mató a 29 personas y obligó a los sobrevivientes desesperados a huir saltando por las ventanas.