AFP
El gobierno regional de Cataluña estudia un confinamiento domiciliario durante los fines de semana, mientras que la región vecina de Aragón bloqueó su territorio un día después de la aplicación del toque de queda nocturno en casi toda España para contener el virus.
“Es un escenario que está encima de la mesa porque durante el fin de semana es cuando hay más interacción social”, dijo la portavoz del gobierno regional, Meritxell Budó, al ser preguntada por esta opción en una entrevista con la radio pública catalana.
“Tenemos que evitar el confinamiento total del mes de marzo a no ser que sea estrictamente necesario y sea la única opción. Por tanto, tenemos que ir explorando distintos escenarios y uno de ellos puede ser este”, añadió.
Los contagios se dispararon recientemente en esta rica región nororiental de 7,5 millones de habitantes, en línea con lo ocurrido en el conjunto de España que días atrás fue el primer país de la Unión Europea en superar el millón de personas diagnosticadas con covid-19.
El gobierno español decretó el domingo un estado de alarma e impuso un toque de queda nocturno en todo el país a excepción de las islas Canarias. También ofreció a los gobiernos regionales, competentes en materia sanitaria, la posibilidad de cerrar perimetralmente sus territorios.
Aragón, vecina de Cataluña con 1,3 millones de habitantes, se acogió a esta opción, impidiendo las entradas y salidas sin motivos justificados.
Asturias, en el noroeste, sopesa aplicar la misma medida desde este lunes.
Por el momento, el estado de alarma no contempla un confinamiento domiciliario como el implantado durante la primera ola del coronavirus y aplicado durante esta segunda ola en países como Israel, Irlanda o la región británica de Gales.
Este régimen jurídico excepcional, que ampara la limitación de derechos fundamentales como la libertad de movimientos, tiene una duración inicial de 15 días pero el jefe de gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, tiene intención de prorrogarlo seis meses.
Para ello debo obtener el aval del Congreso, donde su gobierno está en minoría pero puede recabar apoyos de nacionalistas vascos y catalanes y de Ciudadanos, una formación de centroderecha del bloque opositor.
El segundo gran partido español, el conservador Partido Popular, anunció este lunes su oposición a una prórroga tan larga, pero ofreció su respaldo si se extiende ocho semanas, hasta mediados de diciembre, indicó su líder Pablo Casado.