AFP
Los análisis de calidad del agua del Sena se mantuvieron dentro de los límites sanitarios en seis días de siete del 10 al 16 de julio, es decir, dos semanas antes de las pruebas de natación en aguas abiertas de los Juegos Olímpicos, anunciaron este viernes las autoridades.
Pese a la mejora del agua del Sena en las últimas semanas, se mantiene el suspenso sobre si podrán celebrarse las pruebas programadas de París-2024, ya que depende del nivel de contaminación bacteriológica.
Además del desfile de la ceremonia inaugural, el 26 de julio, en el Sena están previstas las pruebas de triatlón (30 y 31 de julio, 5 de agosto), natación en aguas abiertas (8 y 9 de agosto) y paratriatlón (1 y 2 de septiembre).
En caso de precipitaciones intensas, el agua no tratada (mezcla de aguas pluviales y aguas usadas) puede acabar en el río, aumentando el nivel de contaminación y poniendo en peligro la disputa de esas pruebas.
El plan B es aplazar unos días las competiciones hasta que los niveles de contaminación del agua entren dentro de los límites sanitarios.
Otra opción, incluso, es trasladar esas pruebas a la base náutica de Vaires-sur-Marne, al este de la capital, donde se disputarán las pruebas de remo y piragüismo.
Si la presencia de bacterias fecales E.Coli y esterococos, las dos que se tienen en cuenta para autorizar o no el baño, se mantuvieron en los límites fijados por las federaciones internacionales en seis de los siete días analizados en las muestras tomadas en el puente de Alejandro III, los resultados en otros tres puntos de la capital no fueron tan positivos.
“Esta semana estuvo marcada por dos episodios de lluvia importantes, lo que tuvo un impacto en la calidad del agua y del caudal”, explicó la prefectura de la región parisina.
El miércoles, la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, cumplió su promesa de bañarse en el Sena, en compañía del presidente del comité de organización de los Juegos Tony Estanguet y del prefecto Marc Guillaume.
Otro dato positivo para los organizadores: el buen tiempo está provocando un descenso del caudal del río (que afecta tanto a la calidad del agua como a la navegabilidad), aunque se mantiene por encima de lo habitual en esta época: unos 350 m3/segundo este viernes, por los 100 a 150 habituales en verano.