AFP
Debió subir de categoría, ha visto su vida trastocada por la pandemia y sabe que tendrá que pelear ante poco público, pero nada desanima al boxeador cubano Julio César La Cruz, que asegura en una entrevista con la AFP estar bien preparado para ganar su segundo título olímpico.
“Me he adaptado muy bien al cambio de división”, explica La Cruz, quien ahora se hace apodar “el doctor”, después de subir a la categoría de semipesados (81 kilos) a la de pesados (91).
Hasta ahora era conocido como “la sombra” por su arte para esquivar los golpes del rival con rápidos movimientos de piernas y torso, y un golpeo preciso de riposta.
En definitiva, “me favoreció un año sabático por cuestiones de la covid, y este año me pude adaptar (…), me siento muy bien en esa nueva división”, dice el púgil de 31 años, que respondió a la AFP en videos enviados desde México, donde se encontraba entrenando con la selección cubana.
De cara a su nuevo reto, el tetracampeón mundial y monarca en Rio de Janeiro-2016 (semipesados) integró a su rutina de entrenamiento más “ejercicios de fuerza”.
Los 91 kilos es “una división fuerte, pero creo que todo va a seguir normal (…), ahora con un poco más de potencia y fuerza a la vez”, explica.
“Si existe una buena preparación y confianza en sí mismo, puede haber triunfo en cualquier división, y yo me preparo para esta tarea y creo que voy a seguir representando al país y al boxeo cubano de lo mejor en esta edición”, opina.
– “Como una familia” –
Natural de la ciudad de Camagüey (este), La Cruz, que tiene varios dientes de oro, es un relámpago sobre el cuadrilátero, convirtiéndose en una diana escurridiza para sus oponentes, a los que además suele provocar bajando la guardia constantemente.
Durante el tope de preparación en México mantuvo su singular estilo de pelea en su nueva división, haciendo lucir mal sobre el ring al boxeador profesional Julián Fernández.
“De mis rivales, creo que todos son fuertes, no me confío de ninguno de ellos, me he preparado bien para todos ellos, los conozco”, agrega.
“Hay boxeadores que tienen la calidad y el talento para montar al podio, pero sabiendo que tienen que contar con Julio César La Cruz”, alardea.
La Cruz es el capitán de la escuadra “Los domadores”, la locomotora del deporte cubano, con siete boxeadores clasificados para Tokio-2020 por el momento. “El equipo hasta este momento está muy bien” y el hecho de que haya poco público en las gradas “no afecta nada en nuestros resultados”, advierte.
“Ya llevo 11 años de capitán de la selección de Cuba de boxeo, el deporte más laureado de nuestro país, (y) claro que es una responsabilidad muy fuerte, pero a la vez bonita ya que somos como una familia y nos entendemos y actuamos a la perfección”, agrega.
Su meta está trazada: “teniendo mi segundo título olímpico, contribuiría a que Cuba gane el boxeo por países”, como ocurrió en Londres-2012.
– ¿Y las boxeadoras? –
Imbatible por décadas sobre el ring a nivel amateur, Cuba exhibe 77 títulos mundiales y 37 olímpicos, un palmarés que la convierte en la primera potencia mundial en boxeo, pese a que algunas de sus estrellas abandonaron la isla para probar fortuna en el pugilismo profesional.
El doble campeón olímpico Robeisy Ramírez protagonizó la fuga más reciente durante una concentración en México, en 2018.
Otro elemento que afecta al medallero de Cuba es la falta de reconocimiento del boxeo femenino, que debutó en los juegos en Londres-2012.
El fundador de la escuela cubana de boxeo, Alcides Sagarra, de 84 años, abogó hace poco por la inclusión de las cubanas en el ring.
“Nuestras mujeres también deberían ir a los Juegos de Tokio. El boxeo femenino se practica en el mundo entero, no sé por qué en Cuba aún no se oficializa”, dijo Sagarra, refiriéndose al lento avance en ese polémico asunto, que la Federación Cubana había prometido estudiar en 2016.
La Cruz admite que Cuba competirá en Tokio con “menos” posibilidades de medallas. “Entonces, para poder suplir eso, (hay que) tratar de ganar la mayor cantidad de títulos y en eso trabajamos”, concluye.