Porfirio Mercado
Aunque la actividad de las pandillas ha disminuido notablemente en El Salvador, en las últimas semanas se ha registrado un aumento en los actos vandálicos y robos en diversas zonas del país. La preocupación crece entre los ciudadanos, quienes buscan mayor seguridad y prevención ante esta nueva ola de delitos.
Imágenes recientes, captadas en diferentes lugares y fechas, muestran a ladrones operando en áreas urbanas y residenciales. Este fenómeno, conocido popularmente como “raterismo”, ha comenzado a ganar terreno, según señalan tanto expertos en criminología como las potenciales víctimas.
El criminólogo Misael Rivas explica que este repunte en los robos está vinculado a la desarticulación de las pandillas y al enfoque actual de las políticas de seguridad. “Con la disminución de las pandillas, algunos delincuentes han encontrado nuevas formas de operar en solitario o en pequeños grupos, especialmente en áreas menos vigiladas”, afirma Rivas.
Para el experto, la solución no reside en endurecer las penas, sino en diseñar una política criminal y de seguridad ciudadana integral. “Debemos ir más allá del castigo y enfocarnos en la prevención y la reinserción, además de mejorar la vigilancia en zonas críticas”, añade.
Por su parte, los salvadoreños han empezado a tomar medidas de precaución, conscientes del aumento de estos delitos. Desde reforzar la seguridad en sus hogares hasta evitar zonas de riesgo, las acciones preventivas parecen ser la respuesta inmediata ante la creciente amenaza.
A pesar de que los robos aún no han alcanzado niveles alarmantes, los expertos advierten que el problema podría escalar si no se aborda a tiempo con medidas adecuadas. La seguridad sigue siendo una prioridad para la población, que espera respuestas claras y efectivas de parte de las autoridades.