Luis Gómez
El Real Madrid recibió una dura lección de balón parado en la eliminatoria ante el Arsenal, que aprovechó esta herramienta para asestar un golpe casi definitivo en los cuartos de final de la Champions League. Declan Rice, con dos impresionantes tiros libres —los primeros goles de falta de su carrera— y Mikel Merino, con un misil desde fuera del área, guiaron al conjunto inglés a una victoria contundente que deja a los merengues al borde del abismo.
El equipo de Carlo Ancelotti necesitará un auténtico milagro para revertir la eliminatoria y alcanzar las semifinales. La noche comenzó con un homenaje al mítico Thierry Henry, autor del único gol en el único cruce previo entre ambos clubes, pero terminó con el Arsenal celebrando una de sus mejores noches europeas recientes y con el Real Madrid completamente superado, como no se veía desde aquella goleada ante el Manchester City en el Etihad.
Lo más doloroso para el campeón de Europa no fue la derrota en sí, sino cómo se produjo. No fue un equipo dominante como el City quien le doblegó, sino un Arsenal mermado por las bajas, con menos experiencia en estas instancias y sin títulos en los últimos cinco años. Sin embargo, los ingleses jugaron con el corazón, con más deseo, y con una fe que contrastó con la pasividad de un Madrid que pareció confiar, una vez más, en el azar y su mística europea.
El plan del conjunto blanco fue conformista. Salió al campo con la intención de no perder y esperando que alguna genialidad individual resolviera el partido. Pero el castigo llegó en la segunda parte, cuando el Arsenal se desató y anotó tres goles que reflejaron su ambición y el desconcierto del Madrid. La defensa fue superada, el medio campo desbordado y la delantera ineficaz.
La historia podría haber sido diferente si Kylian Mbappé hubiera convertido un mano a mano en la primera mitad, pero el arquero español David Raya lo evitó con una atajada clave. El Real Madrid vuelve a pecar de falta de contundencia frente al arco, un problema que le ha costado caro esta temporada en partidos cruciales. Esta vez, sin embargo, la factura podría sellar su eliminación de la Champions.