AFP
Con sus triunfos en las principales competiciones de 2021, el boxeo cubano afianzó la hegemonía olímpica de la isla en Latinoamérica, pero, ávido de nuevos retos y de recursos económicos, traza ambiciosos planes para el futuro.
En un año marcado por el impacto de la pandemia y penurias económicas, el llamado “buque insignia” del deporte cubano sorteó obstáculos y llevó a la isla al lugar 14 del medallero de Tokio-2020 -Cuba ocupó el puesto 18 en Rio-2016-, y recuperó en Belgrado el reinado mundial que había perdido en Ekaterimburgo-2019.
“La varilla la hemos puesto este año alta, y estamos muy comprometidos con el futuro, con mejorar esos resultados en los próximos años”, declaró a la AFP el presidente de la Federación Cubana de Boxeo, Alberto Puig.
Superada a nivel regional sólo por Brasil, Cuba cosechó en Japón siete medallas de oro olímpicas, de las cuales cuatro fueron aportadas por el boxeo, que continuó así recortando terreno ante Estados Unidos, la potencia histórica en los Juegos.
Además de ganar el boxeo olímpico ante sus principales rivales (Uzbekistán, Kazajistán, Rusia y Ucrania), y de superar en un oro su balance en Rio, la armada cubana se impuso este año en el Mundial de Belgrado con 5 medallas (tres de oro y dos de bronce), pese a llegar a esa lid con solo ocho de los 12 seleccionados, debido al covid.
Como colofón, los cubanos alcanzaron al cierre del año otro esperanzador triunfo en los I Juegos Panamericanos juveniles de Cali (Colombia), con cuatro coronas, demostrando que el relevo del boxeo isleño está asegurado.
– Rings profesionales a la vista –
Dominante por décadas sobre el ring a nivel amateur, Cuba exhibe 80 títulos mundiales y 41 olímpicos, palmarés que la convierte en la primera potencia mundial en boxeo, pese a sufrir el abandono de algunas de sus estrellas para probar fortuna en el pugilismo profesional.
Sin embargo, el boxeo cubano no registra una fuga importante desde que el doble campeón olímpico Robeisy Ramírez abandonó la selección en México, en 2018.
Su jefe técnico, Rolando Acebal, destacó recientemente que la isla tiene una preselección de 40 púgiles y trabaja para tener por lo menos dos de calidad en cada categoría, un lujo que pocos países podrían darse.
Puig está “convencido” de que el boxeo no será excluido del programa de los Juegos de París-2024 ni de Los Ángeles-2028, lo que daría un KO técnico a la armada cubana y al deporte de la isla en general.
Y, precisamente, de cara a París adelantó que la Federación “evalúa en estos momentos que el equipo Los Domadores de Cuba se incorpore al boxeo profesional”.
“El objetivo fundamental es contribuir a la preparación de nuestros deportistas, independientemente de los beneficios económicos que van a tener”, añadió.
– ¿Y las boxeadores? –
Cuba abolió el deporte profesional en 1962 y lo retomó en 2013, en un intento por frenar las fugas de deportistas.
Luego de cinco décadas de amateurismo, la escuadra cubana logró adaptarse rápidamente al boxeo semiprofesional de la Serie Mundial (WSB), en la que debutó en 2014 con la franquicia “Los Domadores”. Ganó tres de las últimas cinco ediciones, incluida la última, celebrada en 2018.
“Yo me preparo para todo tipo de competencias. Para esto también me voy a preparar y voy a dar lo mejor de mí”, dijo sobre el tema el bicampeón olímpico y cinco veces mundial Julio César La Cruz, capitán de “Los Domadores”.
Pero, en una isla donde las mujeres también practican el deporte de los puños, la famosa escuela cubana de boxeo todavía tiene pendiente el reconocimiento del boxeo femenino, que debutó en Londres-2012 y que también está afectando al medallero de la isla.
Antes de Tokio, el fundador de la escuela cubana, Alcides Sagarra, de 85 años, cuestionó el lento avance de ese polémico asunto, que la federación prometió estudiar desde 2016.
“Hay muchos factores a favor” de la inclusión de las cubanas en en ring, y “estoy muy optimista en que en los próximos años ya podamos tener equipo de boxeo femenino”, dijo Puig.