El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ordenó este miércoles cancelar el acuerdo anunciado el martes por el ministerio de Salud para adquirir millones de dosis de la vacuna china CoronaVac, en medio de una disputa con uno de sus grandes adversarios políticos, el gobernador de Sao Paulo.
“Ya lo ordené cancelar [el acuerdo], el presidente soy yo, no renuncio a mi autoridad, porque estaría comprando una vacuna en la que nadie está interesado”, declaró a periodistas en un acto en Sao Paulo.
Antes, en Facebook, el mandatario ultraderechista advirtió que “el pueblo brasileño no será cobaya de nadie”.
“Cualquier vacuna, antes de estar disponible para la población, deberá ser comprobada científicamente por el Ministerio de Salud y certificada por Anvisa [Agencia de Vigilancia Sanitaria]”, escribió Bolsonaro.
El martes, el ministro de Salud, Eduardo Pazuello, anunció tras una reunión con los 27 gobernadores del país que el gobierno federal había llegado a un acuerdo con el estado de Sao Paulo, que está ayudando a testear y producir la vacuna, para comprar 46 millones de dosis con el objetivo de que sean administradas desde enero en caso de constatarse su seguridad y efectividad.
Pero el miércoles, el ministerio explicó en un comunicado que las palabras de Pazuello, que este miércoles dio positivo al coronavirus, habían sido “malinterpretadas”, precisando que no había un “compromiso” firme para adquirir vacunas, sino sólo un “protocolo de intención”.
La vacuna en cuestión, CoronaVac, desarrollada por el laboratorio privado chino Sinovac, ha sido probada en la fase III -la fase final- en miles de voluntarios en seis estados del país, incluido el de Sao Paulo, el más afectado por la pandemia.
La vacuna será producida en Brasil por el Instituto Butantan, organismo público bajo la supervisión del estado de Sao Paulo, gobernado por Joao Doria, opositor político de Jair Bolsonaro.
En su publicación de Facebook del miércoles, el presidente se refirió a la iniciativa como “la vacuna china de Joao Doria”.
El gobernador del estado más rico y poblado del país, de visita en Brasilia, respondió: “La vacuna de Butantan es la vacuna de Brasil, de todos los brasileños. Nosotros no evaluamos las vacunas según criterios políticos o ideológicos”.
– “Dictadura china” –
La disputa con su propio ministro y con Doria saltó al campo de la geopolítica, con la tensión de fondo entre China y Estados Unidos, primer y segundo socio comercial respectivamente de Brasil.
Antes de su mensaje, Bolsonaro había sido interrogado en Facebook por un internauta pidiéndole que “no comprara esta vacuna” salida de la “dictadura china”.
“NO SE COMPRARÁ”, respondió, en mayúsculas.
En un mensaje en Twitter, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva acusó a Bolsonaro de estar “subordinando los interesas brasileños a la estrategia geopolítica de Estados Unidos”, que no admite que “ningún país de América Latina tenga relaciones con China”.
La víspera, el ministro Pazuello también la había calificado como “la vacuna de Brasil”, recordando que el país latinoamericano de 212 millones de habitantes también está en fase III de pruebas con la vacuna desarrollada por el grupo farmacéutico AstraZeneca con la Universidad de Oxford.
Brasil es el segundo país con más muertos por el nuevo coronavirus, con casi 155.000, detrás de Estados Unidos.
Miriam Leitao, columnista del diario O Globo, afirmó que la decisión del mandatario de renunciar a la compra de la vacuna china es un ataque a “la salud del pueblo brasileño”.
Bolsonaro, que sigue minimizando la gravedad del virus pese a que él mismo se contagió, ya había provocado una controversia al afirmar en varias ocasiones que la vacunación no será “obligatoria”.
El mandatario insiste en que la eficacia de la vacuna CoronaVac debe ser “científicamente probada”. Pero no ha dudado en promover durante meses el uso de la hidroxicloroquina, a pesar de que muchos estudios muestran que no es eficaz contra el nuevo coronavirus.