Cerco en San Bartolo abre debate entre analistas sobre seguridad y prevención

Por: Saraí Escobar

El reciente cerco militar implementado en San Bartolo por el Gobierno salvadoreño ha reavivado la discusión sobre la estrategia de seguridad y su alcance real en las comunidades. La medida, motivada por denuncias ciudadanas sobre el resurgimiento de estructuras criminales, ha sido vista por algunos analistas como una respuesta efectiva, pero también como una acción que aún no ataca las causas profundas del problema. “¿Qué significa ver policías en las comunidades? Significa que ahí está el Estado”, dijo el analista Aldo Álvarez, al defender la presencia territorial como símbolo de autoridad.

Sin embargo, para la analista Bessy Ríos, la reacción del Gobierno sigue siendo limitada si solo se actúa ante la presión en redes sociales. “Las redes sociales siguen siendo el talón de Aquiles de esta administración. Si vos querés que algo se retome desde la institucionalidad, tenés que volverlo viral en redes”, expresó. Además, cuestionó los procedimientos en la captura de estudiantes por supuesta reagrupación de pandillas: “Lo que a mí me preocupa es que no se hayan generado más allá de las denuncias”.

Por su parte, Mélida Villatoro recordó que el esfuerzo por mantener la seguridad debe involucrar a toda la sociedad, especialmente en los centros escolares. “A guerra cantada no hay muertos, maestros. A guerra cantada no hay muertos, padres de familia y alumnos. Toda la sociedad: colaboremos”, pidió, señalando la importancia de la prevención en las escuelas. También destacó el respaldo popular a las medidas del Ejecutivo: “Más del 90 % está aceptando el régimen y valorando lo que el presidente Bukele y el gobierno están haciendo”.

A pesar del apoyo a estas medidas, los analistas coincidieron en que una seguridad sostenida necesita ir más allá del despliegue militar. “La ausencia de conflictos no implica necesariamente que haya paz, menos si esta está sostenida solo por cuerpos uniformados. Hay que cambiar las condiciones estructurales en las comunidades”, advirtió Ríos. En la misma línea, Álvarez apuntó: “Por primera vez en este país hay Estado, y el Estado se impone ese respeto frente a la posibilidad de que surjan grupos que puedan convertirse en criminales”.