AFP
Secundada por un masivo apoyo de los demócratas, Kamala Harris prometió ganar las elecciones presidenciales de noviembre contra Donald Trump, a quien comparó con “depredadores” y “estafadores” en un discurso este lunes tras la “montaña rusa” que supuso el retiro de Joe Biden de la carrera por la Casa Blanca.
La vicepresidenta estadounidense ha inyectado optimismo al equipo de campaña en Delaware (este), donde Biden se recupera de covid-19.
Entró al ring sin rodeos.
“Háganme caso cuando digo que conozco el tipo (de persona) que es Donald Trump”, les dijo, remontándose a su época de fiscal de California, cuando tuvo que lidiar con “depredadores que abusaron de mujeres, estafadores que timaron a los consumidores, tramposos que rompieron las reglas en beneficio propio”.
“Lucharemos por la libertad reproductiva, sabiendo que, si Trump tiene la ocasión, firmará una prohibición del aborto para todos los estados”, afirmó en su primer discurso electoral desde que el presidente Biden abandonó su candidatura a la reelección.
– “Vamos a ganar” –
“Llevaremos nuestro caso ante el pueblo estadounidense y vamos a ganar”, insistió.
Harris, quien es afroestadounidense y de ascendencia surasiática, además de la única mujer vicepresidenta en la historia de Estados Unidos, reconoció “una montaña rusa” de emociones tras la retirada de Biden y se deshizo en elogios.
“Amo a Joe Biden”, afirmó horas después de decir en la Casa Blanca que su legado es “inigualable en la historia moderna”.
“Ella es la mejor”, le correspondió el presidente octogenario, con la voz aún ronca por culpa del coronavirus, durante una llamada en directo justo antes del discurso de Harris.
Los demócratas parecen haber dejado atrás la crisis interna sobre la capacidad física y mental de Biden para un segundo mandato y miran hacia el futuro cuando faltan poco más de tres meses para los comicios.
El Partido Demócrata ha prometido un “proceso transparente y ordenado” para sustituir a Biden y deberá ahora nombrar a un nuevo candidato en la convención que se celebrará en Chicago a partir del 19 de agosto.
Una designación que se perfila definida: la mayoría de los delegados demócratas -cerca de 4.000 personas encargadas de nominar oficialmente al aspirante del partido- han mostrado su intención de apoyar a Harris, según informaron los medios estadounidenses el lunes por la noche.
También es posible que los demócratas no esperen a esa cumbre partidista. Antes de la renuncia de Biden estaba previsto nombrar al aspirante mediante un sistema de votación telemática durante la primera semana de agosto y el partido no ha anunciado un cambio de planes.
Harris, la gran favorita, ha sido respaldada no solo por Biden, sino también por el expresidente Bill Clinton y su esposa Hillary, exsecretaria de Estado, y sobre todo por la exjefa de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi.
Además por varios gobernadores, algunos de ellos considerados como potenciales contrincantes: Gretchen Whitmer (Michigan), Gavin Newsom (California), Wes Moore (Maryland), Andy Beshear (Kentucky) y J.B. Pritzker (Illinois).
Y por buena parte de los congresistas demócratas, tanto los moderados como los progresistas, como Alexandria Ocasio-Cortez.
Quedan dos pesos pesados sin haberse pronunciado: el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, y el expresidente Barack Obama, quien afirmó que el partido navegará “en terreno desconocido durante los próximos días”.
– Recaudación récord –
Su candidatura oxigena unas elecciones que iban a disputar dos políticos de edad avanzada e impopulares entre muchos votantes.
Su equipo afirma que Harris recaudó el récord de “81 millones de dólares” en 24 horas solo con las aportaciones de pequeños donantes.
La vicepresidenta no dio fechas para la nominación ni aclaró la gran incógnita: a quién elegiría como compañero de fórmula si los demócratas la nombran candidata.
Si no se ponen de acuerdo entonces podría celebrarse una convención abierta a otros candidatos en Chicago.
La candidatura demócrata llevaba en la cuerda floja desde el desastroso desempeño de Biden en el debate de junio contra Trump, quien salió reforzado y vive días de gloria tras sobrevivir a un intento de asesinato y asistir a una convención republicana que le rindió culto.
En el bando republicano, el anuncio trastocó por completo la candidatura de Trump, obligándole a revisar su estrategia electoral, muy centrada en presentar a Biden como un anciano que se confunde y es torpe.
Estos argumentos podrían volverse en contra del republicano si se enfrenta a la vicepresidenta, casi 20 años menor que él.
El nerviosismo es palpable a pesar de que encuestas recientes dan a Trump una estrecha ventaja sobre Harris (48% de la intención de voto frente a 46%).
El senador J. D. Vance, compañero de fórmula de Trump, denunció este lunes un proceso “antidemocrático” para destituir a Biden urdido a escondidas por una élite bajo la influencia de Obama y del financiero George Soros.