AFP
El gobierno del ultraliberal Javier Milei anunció este lunes su esperado paquete de medidas de austeridad, que incluye una devaluación de más de 50% del tipo de cambio oficial y la reducción de subsidios a energía y transporte.
El encargado del anuncio fue el ministro de Economía, Luis Caputo, quien advirtió que el país está en riesgo de caer en hiperinflación.
“La génesis de nuestros problemas ha sido siempre fiscal”, enfatizó Caputo, quien sostuvo que el país debe solucionar su “adicción” al déficit en las finanzas públicas.
“Si seguimos como estamos, vamos inevitablemente camino a una hiperinflación”, advirtió.
El ministro anunció que el dólar al tipo de cambio oficial quedará en 800 pesos, contra 391 pesos por billete verde del jueves, último día hábil del gobierno de Alberto Fernández.
– Elogios del FMI –
Milei, un economista de 53 años que durante la campaña blandía una motosierra para simbolizar su idea de recortar el gasto público, asumió el gobierno el domingo y aseguró que el país necesita un tratamiento de “shock” para superar la crisis, y descartó cualquier “gradualismo”. El mandatario se propone realizar un ajuste fiscal equivalente a 5% del Producto Interno Bruto.
Sus primeras decisiones fueron elogiadas por el Fondo Monetario Internacional, con el cual Argentina mantiene un programa crediticio por 44.000 millones de dólares. El organismo expresó que “respalda las medidas” de Milei.
Argentina atraviesa una grave crisis económica, con inflación anualizada de más de 140% y una tasa de pobreza que supera 40% de la población.
Víctor Beker, economista en la Universidad de Belgrano, señaló que las medidas llevarán “seguro” a “un proceso recesivo. “El punto es en qué momento se saldrá de esta situación. Dependerá de en qué medida el cambio político implique llegada de inversiones”, añadió.
– ¿Cómo queda el tipo de cambio? –
“El tipo de cambio oficial va a pasar a valer 800 pesos, para que los sectores productivos tengan realmente los incentivos adecuados para aumentar la producción”, señaló Caputo en una alocución grabada previamente.
El gobierno mantiene por ahora el sistema de control de divisas que rige desde 2019, con una decena de tipos de cambio diferentes.
Con una historia de crisis sucesivas, los argentinos desconfían de su moneda y se guían por el dólar para ahorrar o comprar y vender bienes como inmuebles o automóviles. Y temen las variaciones del mercado cambiario que impactan incluso sobre los precios de los productos básicos.
“La devaluación estaba prevista y vamos a salir perjudicados los trabajadores. Vamos a tener una situación complicada, vamos a estar en la pobreza y va a ser mucho más difícil la situación”, dijo a la AFP tras el anuncio Gabriel Álvarez, un profesor de 57 años.
– ¿Qué pasará con los subsidios? –
“Hoy el Estado sostiene artificialmente precios bajísimos en tarifas energéticas y transporte a través de estos subsidios”, sostuvo el ministro en alusión al dinero que gasta el erario público en mantener precios reducidos para varios rubros de consumo.
“Pero estos subsidios no son gratis, sino que se pagan con inflación. Lo que te regalan en el precio del boleto te lo cobran con los aumentos en el supermercado. Y con la inflación, son los pobres los que terminan financiando a los ricos”, aseguró Caputo.
Martín Carrascal, un estudiante de Relaciones Públicas de 19 años, puso en duda que se eliminen totalmente los subsidios. “No creo que los saquen por completo porque la gente no va a poder vivir”, señaló el joven.
– ¿Y la ayuda social? –
En su discurso de investidura, Milei advirtió que los tiempos serán “duros”, aunque prometió que después se verá “la luz”. Y sostuvo que el Estado contemplará los gastos en asistencia social “a los caídos”.
En esa línea, Caputo aseguró que se mantendrán los planes sociales de trabajo en cooperativas y otras organizaciones sociales, y que se fortalecerá las asignaciones económicas que reciben los más humildes por hijos menores de edad y en compra de alimentos a través de transferencias directas.
– ¿Habrá obra pública?
Las medidas de austeridad incluyen reducción del tamaño del Estado y sobre todo la paralización de las iniciativas de obra de infraestructura financiada con fondos públicos que todavía no hayan comenzado.
A partir de ahora, explicó Caputo, la obra pública se financiará con fondos privados.
El freno a la obra pública “tendrá un impacto significativo en la economía, especialmente en las provincias que dependen en gran medida de ésta para generar empleo”, opinó Nicolas Saldrias, analista de Economist Intelligence Unit.