Los vendedores de flores en los cementerios de El Salvador experimentan una baja afluencia de compradores, fenómeno que atribuyen a las lluvias, lo que ha generado una disminución significativa en las ventas.
Doña Karla, quien ha estado vendiendo flores en las afueras del Cementerio La Bermeja durante 40 años, afirma que esta es una de las pocas veces que las ventas han sido tan bajas en vísperas del 2 de noviembre, Día de los Difuntos.
“Esperamos que el panorama cambie”, dice un vendedor de flores, reflejando el sentir general de los comerciantes afectados.
A pesar de las condiciones climáticas adversas, algunos visitantes insisten en honrar la memoria de sus seres queridos, enfrentando la lluvia para visitar los cementerios.
A pesar de las dificultades, los vendedores de flores han decidido mantener sus puestos hasta el domingo 5, brindando oportunidades a aquellos que no pueden asistir durante el Día de los Difuntos el 2 de noviembre.