En Diálogo 21, los panelistas invitados discutieron la necesidad de una reforma en la Ley de Probidad de El Salvador.
Esta ley, diseñada para prevenir y detectar actividades ilícitas de funcionarios públicos que afecten los intereses del Estado, ha sido objeto de debate en términos de su eficacia y relevancia en la lucha contra la corrupción.
Para los panelistas, la Ley de Probidad debe modernizarse y volverse más autónoma para abordar de manera efectiva los casos de corrupción en el país. Aunque la normativa tiene un propósito conceptual claro, algunos argumentaron que necesita adaptarse a las demandas y retos actuales.
Una coincidencia destacada durante el debate fue la responsabilidad de los partidos políticos en esta cuestión. Los panelistas enfatizaron que los partidos tienen una oportunidad crucial para reformar la Ley de Probidad y demostrar que dentro de sus filas no toleran actos de corrupción. Se sugirió que, en caso de detectarse corrupción, los partidos deben tomar medidas, como la expulsión de los responsables, para mantener la integridad en la política.
Además de la discusión sobre la Ley de Probidad, los panelistas también analizaron el reciente discurso del presidente Nayib Bukele en la cumbre de las Naciones Unidas. En su intervención, el presidente destacó las estrategias de seguridad implementadas en El Salvador y su éxito en la reducción de la violencia. Sin embargo, los expertos señalaron que estas medidas deben fortalecerse antes de ser consideradas como un modelo para otros países.