Javier Ponce
Una vez más, el corazón de la capital se llenó de vida y color con el tradicional desfile estudiantil conmemorativo al Día de la Independencia. El Paseo General Escalón y la Plaza al Divino Salvador del Mundo fueron algunos de los escenarios de este festivo evento que celebró la riqueza cultural de El Salvador.
Desde tempranas horas, pequeños y grandes se congregaron para ser testigos de este vibrante desfile. Las cumbias salvadoreñas resonaron en el ambiente, acompañadas por el ritmo enérgico de las bandas de paz, contagiando a todos con su alegría.
Para muchos de los estudiantes que desfilaron con orgullo, la preparación comenzó hace cuatro meses. Este esfuerzo se reflejó en cada paso y en cada detalle de sus trajes, que irradiaban el folclore y la tradición.
El Instituto Técnico Industrial destacó con su participación, añadiendo un toque especial a esta fiesta patriótica. Sus estudiantes demostraron un alto nivel de dedicación y esfuerzo en la presentación de sus contingentes, que reflejaban la excelencia educativa que promueve esta institución.
La celebración trascendió fronteras, atrayendo a salvadoreños radicados en diversas partes del mundo. Para muchos de ellos, regresar a su tierra natal para celebrar la independencia es una tradición arraigada en el corazón, una oportunidad para reconectar con sus raíces y ser parte de esta festividad que une a una nación dispersa.
Para muchas familias, asistir al desfile estudiantil del 15 de septiembre es una tradición sagrada. Es una ocasión para admirar los trajes típicos que reflejan la diversidad cultural de El Salvador, disfrutar de las impresionantes acrobacias de las cachiporras y dejarse llevar por el ritmo contagioso de las bandas de paz.