Un cipote nunca imagino que al tropezarse en el camino viviría el mayor susto de su vida. Tropezó sobre la maleza y una afilada estaca le atravesó la mandíbula y una de sus orejas. Por suerte unos héroes de bota negra lograron auxiliarle a tiempo.
Un cipote nunca imagino que al tropezarse en el camino viviría el mayor susto de su vida. Tropezó sobre la maleza y una afilada estaca le atravesó la mandíbula y una de sus orejas. Por suerte unos héroes de bota negra lograron auxiliarle a tiempo.