Óscar Flores
A partir de este martes, los salvadoreños se enfrentarán a un nuevo impacto económico debido al anuncio de la Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas (DGEHM) sobre un aumento en los precios de los combustibles.
Los cambios en los precios, que fueron comunicados hoy, se mantendrán vigentes desde el 22 de agosto hasta el 4 de septiembre.
Los costos por galón de gasolina superior experimentarán incrementos de $0.16 en la región central y occidental, alcanzando un valor de referencia de $4.93 y $4.94, respectivamente. En la zona oriental, el aumento será de $0.17, llevando el costo a $4.98.
En relación a la gasolina regular, esta subirá entre $0.19 y $0.20, resultando en precios finales de $4.68, $4.69 y $4.72 para las zonas central, occidental y oriental del país.
El diésel bajo en azufre será el más afectado, con incrementos que oscilan entre $0.27 y $0.28. En la región central, el galón tendrá un precio de $4.31, mientras que en el occidente será de $4.32 y en el oriente de $4.36.
La DGEHM atribuye este aumento a diversos factores, incluyendo informes de la Agencia Internacional de Energía (AIE) y el Instituto Americano del Petróleo (API) que indican una reducción en las reservas de petróleo en Estados Unidos, además del cierre temporal de refinerías en Estados Unidos y Canadá debido a trabajos de mantenimiento.
Adicionalmente, la disminución en la producción de petróleo en Arabia Saudita y Rusia, dos actores clave en el mercado petrolero global, también contribuye a esta alza en los precios. La Asociación Salvadoreña de Distribuidores de Productos de Petróleo (ASDPP) ya había pronosticado este aumento, anticipando un incremento de $0.15.
Aunque por el momento estos aumentos no han impactado el consumo en las gasolineras, la ASDPP advierte que si los precios continúan subiendo, es probable que se observe una disminución en las compras mientras las familias comiencen a reducir sus gastos en entretenimiento o viajes.
Este cambio de comportamiento ya ha llevado a un aumento en el uso de tarjetas de crédito para llenar los tanques de combustible, generando costos adicionales para los conductores y las estaciones de servicio.