AFP
La liga de football americano (NFL) dará el jueves la patada de salida a una nueva temporada entre la inquietud por la sombra del coronavirus y el anhelo de disfrutar de flamantes nuevas estrellas como Patrick Mahomes y descifrar grandes interrogantes en la cancha.
¿Podrá la nueva gran figura de la NFL y MVP del Super Bowl, Patrick Mahomes, conducir a Kansas City a revalidar el título? ¿Le hará sombra alguno de los otros pujantes mariscales de campo como Lamar Jackson? ¿Cómo será el nuevo capítulo de la legendario Tom Brady?
Las respuestas comenzarán a llegar a partir del choque inaugural del jueves entre los Chiefs y los Houston Texans, en un duelo de talentos entre Mahomes y Deshaun Watson, los dos nuevos jugadores mejor pagados de la NFL.
Junto a Lamar Jackson -MVP de la pasada temporada con los Baltimore Ravens-, Mahomes y Watson son los estandartes de una generación que está cambiando la posicion de ‘quaterback’, mucho más atléticos y móviles que predecesores como Brady, que no se deja intimidar y a los 43 años se resiste al retiro.
Después de dos décadas en New England, donde conquistó un récord de seis Super Bowls, Brady vestirá primera vez un uniforme distinto al de los Patriots al comprometerse con los Tampa Bay Buccaneers.
Brady tendrá a su lado a su eterna pareja Rob Gronkowski, que volvió del retiro para acompañarle en Florida, y mejores receptores a quien lanzar sus pases que en su última etapa en Patriots.
– “Los protocolos funcionan” –
Pese a las suspensiones y retrasos que el coronavirus generó en otras competiciones como la NBA y las Grandes Ligas de béisbol, la NFL siempre mantuvo que se pondría en marcha a inicios de septiembre como tenía previsto.
Ese objetivo parece logrado pero los desafíos para mantener los cinco meses de temporada, hasta el Super Bowl de Tampa (Florida) en febrero, a resguardo de la pandemia son colosales.
La NFL desechó concentrar a todos los equipos en una sede “burbuja”, como la de la NBA en Disney World, y se dispone a jugar en las canchas de los equipos y con las franquicias viajando constantemente por todo el país.
Seis de las 32 franquicias de la liga, incluidos los Chiefs, planean incluso permitir la asistencia de un número limitado de aficionados a sus estadios.
Los preparativos para la temporada se vieron afectados por la pandemia: se cancelaron los partidos amistosos y los jugadores fueron sometidos a pruebas diarias de covid-19 durante sus campos de entrenamiento.
Los protocolos de seguridad han arrojado hasta ahora resultados alentadores y ningún equipo ha sufrido un brote importante de coronavirus.
De acuerdo con el último reporte, se realizaron 44.510 pruebas a 8.349 jugadores y personal entre el 30 de agosto y el 5 de septiembre, y solo ocho dieron positivo.
“Los protocolos están funcionando. Pero lidiamos con mucha incertidumbre. Esta es una pandemia de la que todavía estamos aprendiendo”, dijo el comisionado de la NFL, Roger Goodell, en una conferencia con periodistas.
Zach Binney, epidemiólogo del Oxford College of Emory University en Atlanta, se muestra optimista de que las medidas que han tenido éxito en los campos de entrenamiento de la NFL lo tengan también en los desplazamientos.
“Si te adhieres a los protocolos, entonces deberían funcionar tan bien en la carretera como en casa. En la carretera estás en una mini-burbuja: estás en el hotel, en el estadio y luego de regreso”, dijo Binney a la AFP.
“Creo que la prueba es ceñirse a los protocolos, y eso se hace más difícil con el tiempo. Es más difícil mantenerse alerta (…) Requiere una vigilancia constante. Y puede fallar en cualquier momento”, avisó.
Los riesgos son más importantes en el football americano, donde el contacto físico es parte del juego, que en otros deportes y docenas de jugadores renunciaron a competir esta temporada.
“No puedo permitirme transmitir potencialmente el virus en nuestras comunidades solo para jugar el deporte que amo”, dijo Laurent Duvernay-Tardif, centro de los Chiefs y doctor en Medicina que ha ejercido como asistente en Montreal durante la pandemia.
– Hincar la rodilla –
A la crisis sanitaria se suma un contexto social marcado por las movilizaciones contra la desigualdad racial, que ha movilizado al deporte estadounidense, incluida la NFL, desde el crimen del afroestadounidense George Floyd en mayo.
Hace cuatro años, el entonces mariscal de campo de los San Francisco 49ers Colin Kaepernick comenzó a hincar la rodilla en el césped durante el himno previo a los juegos para protestar contra el racismo y la brutalidad policial.
Objeto de feroces críticas desde numerosos sectores, incluido Donald Trump, Kaepernick nunca volvió a ser contratado al salir de los 49ers a principios de 2017.
Pero su figura se ha reivindicado en los últimos meses y su gesto de hincar la rodilla es uno los símbolos de las protestas en el deporte que podría replicarse ahora en las canchas de la NFL.
El comisionado Goodell, que admitió que la NFL manejó mal el caso de Kaepernick, prometió apoyar a los jugadores que expresen sus reivindicaciones en el campo.
La NFL planea inscribir lemas como “Acabar con el racismo” en la zona de anotación y permitir que los jugadores porten nombres de víctimas del racismo en sus cascos.