La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó el lunes que no era necesario suspender los cruceros y manifestó su oposición a cualquier “medida general” de este tipo para frenar la propagación del nuevo coronavirus.
“Las medidas tienen que ser proporcionadas a la situación, tomadas en base a pruebas y elementos de salud pública. Y las medidas generales puede que no sean útiles”, declaró a la prensa el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, añadiendo que “no existía el riesgo cero”.
Estas declaraciones tuvieron lugar después de que un operador de cruceros estadounidense buscara desesperadamente a centenares de turistas que desembarcaron la semana pasada en Camboya, luego de que una de las pasajeras diera positivo al test del nuevo coronavirus.
Los pasajeros de otro crucero, el “Diamond Princess”, seguían en cuarentena frente a las costas de Japón, mientras el número de casos del coronavirus no dejaba de aumentar en el navío.
Fuera de la provincia china de Hubei (centro), “esta epidemia afecta a una muy pequeña proporción de la población. Si tenemos que interrumpir todos los cruceros del mundo por si hay un potencial contacto con un posible agente patógeno, ¿hasta dónde iremos?”, dijo el doctor Michael Ryan, director de emergencias de la OMS.
“¿Tenemos que detener a los autobuses en todo el mundo? ¿Y qué pasará cuando otros países se vean afectados?”, se preguntó en una rueda de prensa en Ginebra.
Según el último balance, la epidemia de COVID-19 ha causado 1.770 muertos y más de 70.500 contagios en China, desde su aparición en diciembre en Wuhan.
Fuera del gigante asiático, se han registrado cinco muertes (una en Filipinas, una en Hong Kong, una en Japón, una en Francia y una en Taiwán).