AFP
El tenista español Rafael Nadal (N.5) derrotó al holandés Botic van de Zandschulp (N.29), al que derrotó este viernes por 6-3, 6-2 y 6-4 y se clasificó para los octavos de final de Roland Garros sin haber cedido un set en sus tres primeros encuentros en París.
En octavos, Nadal se enfrentará al canadiense Felix Auger-Aliassime (N.9), con la posibilidad de encontrarse en cuartos al número 1 mundial Novak Djokovic.
Fue la 108ª victoria de Nadal en 111 partidos disputados en París y quizá, desde el punto de vista estadístico, una de las mejores del español: 40 de 46 puntos ganados con su primer servicio (25 de 27 en los dos primeros sets) y solo 13 errores no forzados (5 en los dos primeros sets)
Nadal comenzó un poco frío y se vio sorprendido por un ‘break’ de entrada del holandés, pero lo recuperó inmediatamente y, paradójicamente, casi se puede decir que el partido se acabó en ese momento.
El español no volvió a fallar un golpe, pese a buscar las líneas y mover de un lado a otros al ‘gigante’ (1,90m), que poco podía hacer ante la oleada de pelotazos que se le venía encima, sobre todo con el servicio de Nadal, ya que solo pudo devolver 4 de los 22 saques del balear en el primer set (6-3, 35 minutos), y siempre con el segundo servicio.
El tenista neerlandés intentaba sobrevivir con su servicio, pero entre que no le hizo demasiado daño a Nadal, y que el español es uno de los mejores restadores del circuito, el set volvió a caer del lado del balear (6-2).
Todo parecía sentenciado cuando Nadal se colocó 4-0 en el tercer set, pero Van de Zandschulp dio sus últimos coletazos, lo que unido a algunos fallos del español (cometió cinco errores no forzados en los primeros 7 juegos del último parcial, tantos como en las dos primeras mangas), le permitió alargar un poco el partido ante el rey de la tierra batida.
El único que fue capaz de robarle algo de protagonismo a Nadal en la Suzanne Lenglen fue Zinedine Zidane. El público advirtió la presencia del exentrenador del Real Madrid al finalizar el primer set y durante un rato los espectadores se dedicaron más a gritar “Zizou, Zizou” y a pedirle que fiche por el París SG que a lo que ocurría en la pista.