Klopp contra Ancelotti, fuego contra aire en la Champions

AFP

Uno es una pila eléctrica, el otro un maestro zen, pero Jürgen Klopp y Carlo Ancelotti comparten el cariño unánime de sus jugadores y un sentido del cuidado de los detalles que han llevado al Liverpool y al Real Madrid a poder pelear por el título el sábado en la final de la Liga de Campeones.

Cuatro años después de la final ganada (3-1) por el Real Madrid de Zidane, los dos equipos vuelven a medirse tras sendas exitosas temporadas.

Llegado en el verano de 2021 para sustituir a ‘Zizou’, Ancelotti ha cumplido su misión: tras una temporada en blanco, el Real dominó la Liga, ganó la Supercopa de España y sueña con su decimocuarta Copa de Europa.

El veterano técnico italiano se ganó inmediatamente al vestuario con su bonhomía y su franqueza.

“Los jugadores son mis amigos”, dijo Ancelotti tras la celebración de la 35ª Liga del Real Madrid, cuando una foto suya con gafas de sol y un puro triunfó en internet.

Pero si su método, basado en sus cualidades humanas intrínsecas, su talento para las relaciones o su tranquilidad a toda prueba, no ha variado, no oculta una sed infinita de victoria.

De tal forma que a sus 62 años, Ancelotti, no cree “ser de una vieja generación” y asegura seguir “de cerca los cambios del fútbol”.

– ‘Buen ambiente de trabajo’ –

En Valdebebas, en el centro de entrenamiento del Real Madrid, se apoya en un equipo técnico que mezcla figuras experimentadas, como el preparador físico Antonio Pintus, y jóvenes talentos, como su propio hijo Davide Ancelotti, que va a pasar su examen de UEFA Pro.

“Hemos sido capaces de crear un buen ambiente en Valdebebas (…) cuando trabajas en un ambiente con una buena dinámica eres capaz de lograr lo máximo”, explicó el martes.

Convertido con esta Liga en el único entrenador en haber ganado los cinco grandes campeonatos europeos, podría también ser el primer técnico en levantar una cuarta ‘Orejona’ tras las dos Champions ganadas con el AC Milan (2003, 2007) y otra con el Real (2014).

“No estoy obsesionado con los títulos individuales. Estaría satisfecho por eso, pero no es lo más importante. Cuando deje de entrenar podría decir que he ganado cuatro Champions, pero ahora no me obsesiona”, afirmó.

Enfrente, tendrá a un Jürgen Klopp famoso por sus reacciones exacerbadas en la banda y sus celebraciones ante los aficionados Reds después de cada victoria.

Llegado hace seis años y medio, Klopp renovó recientemente hasta 2026 y sus simbiosis es total con este club cargado de historia y su fervoroso público, al igual que su influencia en la política deportiva, gracias a resultados fenomenales como la conquista de la Champions de 2019.

El sábado disputará su tercera final de Liga de Campeones en cinco años y si el Manchester City ha ganado cuatro de los últimos cinco títulos de Premier, dos de ellos con un punto de ventaja sobre los Reds, el Liverpool ganó el de 2020, el primero en 30 años.

– ‘Uno entre un millón’ –

Asistido por Pep Lijnders, encargado del contenido de los entrenamientos, y por Peter Krawietz, su ‘ojo’ táctico, conoce muy bien a su grupo pero busca siempre como afinar cualquier detalle.

Tras un gran trabajo de un entrenador comprometido, el Liverpool ha progresado mucho en las acciones a balón parado esta temporada, con neurocientíficos trabajando sobre la toma de decisiones.

Los 11 penales marcados de 11 en la tanda que decidió la final de la Copa de la Liga y los 6 de 7 en la Copa de Inglaterra, con dos títulos ganados al Chelsea, no son suerte.

Los 63 partidos de 63 posibles que habrá disputado el Liverpool esta temporada, tampoco.

Beneficiándose por una vez de cuatro semanas de concentración el verano pasado, Klopp había preparado como nunca a su equipo, con un seguimiento médico para evitar cualquier lesión.

Lo que venga después de Klopp es algo que inspira los peores temores en el club.

“No habría sido posible ganarla (la Champions de 2019) sin el entrenador”, recordó recientemente el capitán Jordan Henderson.

“Los aficionados del Liverpool deberían disfrutar de Jürgen Klopp. Creo que hay uno (como él) entre un millón, es así de bueno”, remachó Steven Gerrard, capitán de los Reds cuando llegó Klopp, y al que se apunta para sucederlo algún día.