AFP
El Liverpool, que sigue en liza en tres trofeos, afronta un final de temporada frenético, comenzando por el duelo de vuelta de cuartos de final de Liga de Campeones, el miércoles (19h00 GMT), contra el Benfica, con un banquillo de suplentes que ha mejorado estas últimas temporadas.
No hace mucho tiempo, cuando Jürgen Klopp quería dar descanso a sus delanteros, sus opciones se llamaban Divock Origi o Xherdan Shaqiri. En defensa, debía contar con Dejan Lovren.
No se puede decir de todas maneras que estos suplentes desmerecieran y no dijeran presente cuando los utilizó.
El croata Lovren fue el héroe de un partido de vuelta épico contra el Borussia Dortmund en cuartos de final de la Europa League de 2016 (4-3) y el belga Origi marcó un doblete legendario contra el Barcelona, en semifinales de Champions (4-0), y también anotó en la final para ayudar en el título continental de los Reds (2019).
Hoy, cuando Klopp siente que un titular necesita descanso, las opciones son más cualitativas.
En la delantera, el colombiano Luis Díaz y el brasileño Roberto Firmino son alternativas creíbles cuando no están Sadio Mané, Mohamed Salah y Diogo Jota.
Detrás, un eje central Virgil van Dijk-Ibrahima Konaté no parece menos sólido si está compuesto por el primero acompañado por Joel Matip, mientras que la cuarta elección es Joe Gomez, que también ha probado su calidad en ese puesto.
– Importancia de los cinco cambios –
En una Champions que autoriza ahora cinco cambios, algo que llegará a la Premier League la próxima temporada, la calidad del banquillo permite hacer diferencias sensibles en 90 minutos.
En el partido de ida de octavos de final, cuando su equipo era dominado por un Inter de Milán demasiado torpe de cara al gol, Klopp lanzó a Firmino tras el descanso, para después hacer entrar a Jordan Henderson, el capitán de los Reds, a Naby Keita y a Díaz a la hora de juego.
Fue una decisión ganadora, ya que el brasileño inauguró el marcador a un cuarto de hora del final, para lograr una victoria (2-0) en Milán que abría las puertas hacia los cuartos de final.
En el partido de ida de cuartos, en Lisboa, Diogo Jota sustituyó a Salah, Firmino tomó la plaza de Mané, y Henderson la de Thiago Alcantara, también a la hora de juego, permitiendo al Liverpool no solo lograr una buena ventaja de cara al partido de vuelta (3-1), sino estar fresco para el choque del domingo pasado en campo del Manchester City (2-2).
En los últimos mercados de enero, Liverpool buscó sobre todo corregir diferencias de calidad con respecto a su principal rival, el Manchester City, que dispone de dos, y a veces tres, soluciones para casi todos sus puestos.
– Un menú copioso –
El club había sido a menudo criticado por su falta de ambición en sus fichajes.
Los Reds aprendieron la lección de la pasada temporada en la que tuvieron muchas lesiones y abdicaron pronto en la lucha por la defensa de su título de campeón, para terminar a 17 puntos del City, y fueron eliminados en cuartos de final de Champions por el Real Madrid (3-1, 0-0).
Pero este año no hay excusas. “Un trofeo por temporada es lo mínimo que debemos lograr. Con la plantilla y el entrenador que tenemos, es eso lo que se espera y si no es el caso, será una enorme decepción“, afirmó Trent Alexander-Arnold a mediados de febrero.
Esa máxima se vio cumplida con la victoria en la Copa de la Liga unos días después, pero Liverpool puede todavía añadir la Premier, la Copa de Inglaterra y la Champions. Un menú copioso que no le da miedo.