AFP
Con baños de flores y quema de muñecos con la cara de los personajes más detestados, como el presidente peruano Pedro Castillo y la líder opositora Keiko Fujimori, los peruanos recibirán el año 2022.
Decenas de personas hacen largas filas para realizar el ritual de baño de florecimiento en la tradicional feria Los Deseos, donde 20 “yatiris” (médicos y curanderos aymaras de Perú y Bolivia) les pasan flores amarillas, plumas de cóndor y huevos de avestruz por el cuerpo para empezar bien el nuevo año.
“Con los baños de florecimiento la gente levanta su aura y energía para empezar bien el año”, dijo a la AFP Lidia Cortez, coordinadora de la Feria de los Deseos, que se realiza en la plaza Manco Cápac, en Lima.
Manteniendo la distancia física y cubiertos por una mascarilla, como exigen los protocolos impuestos para frenar la pandemia del covid-19, los populares curanderos empiezan la sesión azotando las cabezas de los creyentes con flores amarillas, cual latigazos que expulsan a los malos espíritus.
Luego, los yatiris pasan por el cuerpo de sus clientes plumas de cóndor y huevos de avestruz para completar el ritual andino.
La sesión dura diez minutos y cuesta veinte soles (unos cinco dólares), que los creyentes pagan para sentirse una persona “nueva”.
– Salud en tiempos de covid –
“La gente pide salud en estos tiempos de covid y abundancia para el próximo año”, agregó Cortez vestida con traje andino.
Entre los yatiris están las bolivianas Vicky Hanco y Maribel Acarapi, vestidas con trajes típicos de la ciudad de Potosí.
“He pedido trabajo, salud en esta coyuntura de pandemia y amor”, dijo a la AFP Brigitte Garcés, de 24 años, tras realizarse un baño de florecimiento.
Perú acumula más de dos millones de casos de covid-19 y más de 202.000 muertos desde marzo de 2020.
Los curanderos también se dedican a ganarse unas monedas prediciendo el futuro.
La lectura del futuro se hace con hojas de coca, la mítica planta andina de tiempos del imperio inca y a la que se le atribuyen propiedades vigorizantes.
Como parte del negocio, se venden “alasitas”, objetos en miniatura que simbolizan los deseos de quienes las adquieren. Esas miniaturas cuestan cinco soles (unos 1,2 dólares).
Entre los deseos más solicitados están tener una casa, gozar de buena salud y casarse. Los curanderos piden esperar con fe un plazo de hasta 12 meses para que se cumplan su deseo.
Los baños de florecimiento son una tradición de la cultura andina practicada en estas fechas para eliminar lo negativo que invade a la persona, y quedar limpio de malas vibraciones para empezar bien un nuevo año.
– Quemarán a los más odiados –
La quema de figuras es una de las mayores tradiciones de las fiestas de fin de año, especialmente en los barrios populares.
Muñecos con rostros del presidente Pedro Castillo, la excandidata presidencial Keiko Fujimori y el presidente venezolano, Nicolás Maduro, serán quemados como parte de los festejos tradicionales para despedir el año.
Castillo luce con la banda presidencial y su típico sombrero cajamarquino con un cartel que dice: “No a la vacancia”. Es el que más se vende en centro comerciales de Lima, a un precio de 15 soles (3,7 dólares).
“La gente está indignada con Castillo, para ser presidente le falta bastante”, dijo el comerciante del centro histórico de Lima Fredy Sánchez, de 60 años.
Por su parte, Fujimori luce un cartel con la frase “Sí se puede Keiko 2060, el que la sigue la consigue”.
El 30% de peruanos quemaría un muñeco de Castillo y el 19% de Fujimori, según una encuesta de Datum elaborada entre el 4 y el 7 de diciembre.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, está vestido con traje azul y con un cartel con la frase “Yo no soy dictador, pero a veces provoca convertirme en uno”.
“Me voy a comprar una piñata de Maduro para desahogarme porque no estoy en Venezuela”, manifestó el migrante venezolano Carlos Nava, de 31 años.