AFP
En el principal centro de vacunación de Viena, niños de cinco años esperan este lunes para recibir su primera dosis anticovid, al mismo tiempo que dos millones de no vacunados están obligados a confinarse de nuevo.
Para frenar la propagación del virus y aumentar la tasa de vacunación de su población (65% actualmente), Austria ha sacado el arsenal pesado, convirtiéndose en el primer país de la Unión Europea en tomar estas medidas.
En tanto, la ciudad de Viena decidió empezar a vacunar a los niños de 5 a 11 años, a pesar de que el regulador europeo todavía no haya dado su aval para el uso del inmunizante de Pfizer/BioNTech en personas de esa franja de edad.
La medida, en este lunes feriado para los escolares de la capital, ha triunfado. Se han reservado más de 10.000 citas, precisó Peter Hacker, adjunto municipal de Salud.
“Nos sentimos tranquilizados”, dice Gerald Schwarzl, de 41 años, con sus dos hijos, uno de ellos, Theo, con cinco años. “Pensamos que estarán protegidos de la misma manera que lo han estado con las otras vacunas”.
Por el momento, se pueden vacunar por día 200 menores.
Con mascarillas de colores, los primeros niños que han recibido el pinchazo se sentían un poco intimidados por la presencia de la prensa.
Como Pia, de ocho años, con un vestido negro y cabellera rubia, que dice haber tenido “un poco” de miedo pero está muy contenta de obtener su “pase Ninja”, el certificado que reciben.
– “Discriminación” –
Y mientras los más jóvenes reciben su inyección en la capital, el canciller austriaco, Alexander Schallenberg, conservador, confinó, a partir del lunes, a todas las personas no inmunizadas después de haber contraído el covid o no vacunadas.
La “situación es grave”, advirtió el domingo el jefe de gobierno, ante el brutal aumento de los nuevos casos, que alcanza sus niveles más elevados desde el inicio de la pandemia: 12.000 por día de media en este país, de 8,9 millones de habitantes.
Europa se enfrenta a una nueva ola de contagios y varios países empezaron a reimponer restricciones, como Holanda y Noruega.
Pero sólo Austria ha ordenado el confinamiento para los no vacunados, tras haberlos excluido de restaurantes, hoteles y peluquerías.
Algunos expertos se muestran sin embargo escépticos ante las medidas, incluso si el gobierno ha anunciado controles y sanciones.
Otros, como el especialista Bernd-Christian Funk, se preguntan si confinar sólo a una parte de la población está conforme a la Constitución.
El domingo, varios cientos de personas se manifestaron frente a la cancillería.
“Es una discriminación pura y simple”, se quejó Sabine, una consejera en energía de 49 años, que no quiso dar su apellido. “Por supuesto, se han puesto trabas a mi vida, mi libertad. No es la forma correcta de proceder”.
– Navidad segura –
En el centro de Viena, los comerciantes consultados por la AFP en el mercadillo de Navidad parecen satisfechos con las nuevas medidas, sin temer que caiga la clientela, cuando se acercan las fiestas de fin de año.
“Hacemos lo que se tiene que hacer y queremos que todo el mundo se sienta seguro”, explica Daniel Stocker, responsable del mercado, situado en la plaza del Ayuntamiento y que el año pasado tuvo que ser cancelado debido a la pandemia.
“La gente viene, enseña su pasaporte sanitario y su documento de identidad, no hay ningún problema. Los comerciantes están satisfechos y los clientes también”, afirma.
Pero algunos vieneses dudan que el confinamiento de los no vacunados sea suficiente.
Es una medida “totalmente razonable pero llega un poco demasiado tarde”, según Rudolf, un arquitecto que declinó dar su identidad. “Temo que esto no se acabe aquí”.