AFP
Cuando los Juegos se inauguren con un año de retraso en 2021, uno de los deportes más seguidos por el público local será el judo. Inventado en Japón e introducido por primera vez en el programa olímpico en Tokio-1964, vuelve a casa.
Judo, Japón y los Juegos tienen un vínculo inquebrantable. Este deporte fue creado a finales del siglo XIX por el venerado Jigoro Kano, que años más tarde se convertiría en el primer asiático en ser miembro del Comité Olímpico Internacional (COI).
Kano, cuyo retrato cuelga en todos los ‘dojos’ del mundo, fue el artífice de que Japón participase por primera vez en unos Juegos en 1912, viajando a Estocolmo como capitán del equipo nipón y conociendo al padre de los juegos modernos, el barón Pierre de Courbertin.
También jugó un papel fundamental para que le concedieran a Tokio la organización de los Juegos en 1940, una edición que nunca llegó a celebrarse debido a la Segunda Guerra Mundial.
Courbertin consideraba que la filosofía de judo de Kano y el ideal Olímpico conjugaban a la perfección.
Kano llamó al arte marcial que creó ‘judo’, que significa “el estilo suave”, y servía tanto para desarrollar el cuerpo como la mente.
En términos de inclusión, Kano fue un avanzado a su tiempo, ya que alentó a las mujeres a la práctica de su deporte y al principio no cobró por sus clases, creyendo que así era la manera de que todo el mundo, independientemente de su clase social o económica, pudiera disfrutar del judo.
– La figura de Kano –
El fundador del judo también fue un fervor creyente del desarrollo del deporte en Japón. “No hay nada más importante en el mundo que la educación”, decía Kano, que supervisó la entrada de la educación física en el currículum escolar japonés.
Todavía hoy, Kano sigue siendo objeto de reverencia por parte de los judocas de todo el mundo, especialmente en el Kodokan de Tokio, la casa de este deporte y lugar de peregrinación de miles de aficionados a este deporte en todo el planeta.
El deporte moderno japonés basa una gran parte de su éxito en los Juegos en el judo y espera que siga así en Tokio-2020.
El judo es el deporte que más oros ha dado a Japón (39), delante de lucha (32) y gimnasia (31).
Es obvio decir que Japón es la gran potencia mundial de este deporte y, con diferencia, el país con más títulos olímpicos: sus 39 oros suponen la misma cantidad que las preseas doradas sumadas por los otros cuatro países que le siguen (14 Francia, 11 Corea del Sur, 8 China y 6 Cuba).
Antes del aplazamiento por un año de los Juegos de Tokio debido al coronavirus, el equipo japonés había dado muestras de estar en gran forma, encabezando el medallero en el Mundial celebrado en la capital japonesa en 2019, con 15 preseas (cuatro oros).
Los aficionados japoneses tiene puestas muchas esperanzas en los campeones del mundo masculinos, así como en Uta Abe y Akira Sone, también campeonas del mundo, en la categoría femenina.
– Serie de reportajes –
Para destacar la importancia del judo para Japón en la organización de Tokio-2020, la AFP va a publicar una serie de historias multimedia que ayudarán a analizar este deporte y explicar sus raíces culturales en el país.
Reporteros de la AFP han visitado la ciudad natal de Kano para reunirse con miembros de su extensa familia, vinculada a una tradicional destilería de sake, entrevistarse con mujeres campeonas del pasado y del presenta para describir el estado del judo femenino en el Japón actual y descubrir la extraordinaria dinastía de los Ueno, con tres de sus hijas campeonas olímpicas o del mundo.
En este dosier especial, también se explicará el uso del judo como terapia para dolencias y una empresa fabricante de ‘judogis’ que sigue elaborando la vestimenta utilizada en la disciplina con sus propios materiales.
En un deporte globalizado como el judo, se incluye también una semblanza de Tsuneo Sengoku, considerado un ‘misionero del judo’ tras haber enseñado esta disciplina en todo el mundo y que vive en Bali a sus 75 años.