AFP
Pase sanitario obligatorio o por el contrario prohibido por las autoridades locales, uso estricto de mascarillas o solo opcional: las universidades estadounidenses que se preparan para regresar a clases no estarán sometidas a las mismas reglas ante la ola de infecciones causada por la variante delta del covid.
Según un censo realizado por el medio especializado The Chronicle of Higher Education, solo unas 726 instituciones de educación superior (sobre un total de 4.000) exigen actualmente la vacunación para al menos algunos de sus estudiantes o de sus empleados.
Muchas de estas universidades están ubicadas en el noreste o en la costa oeste, a menudo en estados que votaron por el presidente demócrata Joe Biden en 2020.
California es un ejemplo: tanto en la famosa Universidad UCLA de Los Ángeles como en Berkeley y todos los demás sitios de la red, quienes estudien, trabajen o vivan en algún campus deberán estar “completamente vacunados al menos catorce días antes del primer día de clases del semestre de otoño” boreal, según decidió la presidencia del establecimiento en abril.
La UCLA anunció a fines de julio que todas las personas que visiten sus sitios deberán someterse a pruebas de covid-19 semanalmente, estén o no vacunadas.
Y el uso de una mascarilla será obligatorio en todos los edificios, “de acuerdo con las pautas de salud que se aplican en el condado de Los Ángeles”, dijo a la AFP Bill Kisliuk, jefe de relaciones con la prensa de UCLA.
– Fuera de la ley en Texas –
En Texas, en cambio,la Universidad de Austin tiene prohibido imponer vacunas o mascarillas a sus aproximadamente 51.000 estudiantes: el gobernador republicano del estado, Greg Abbott, emitió una orden que impide a cualquier entidad gubernamental que reciba fondos públicos exigir tales medidas sanitarias.
“Nos pedirán que enseñemos cara a cara en aulas donde los estudiantes no tendrán que ser vacunados. Aunque yo lo estoy, parece increíblemente inseguro con la variante delta”, dijo Jamie O’Quinn, profesora asistente de sociología en la Universidad de Austin, a quien le gustaría que los cursos se llevaran a cabo de forma remota.
“Todos mis amigos que deben enseñar de manera presencial están aterrorizados”, dijo.
Paradójicamente, la cercana universidad de St Edwards, que es privada, tiene derecho a solicitar una prueba de vacunación a sus estudiantes.
Al menos una docena de estados en el país prohíben que las universidades públicas exijan la vacuna contra el covid, como Carolina del Sur, otro bastión republicano.
La universidad pública quiso hacer obligatorio el uso de mascarillas en sus edificios, pero tuvo que dar marcha atrás a principios de agosto, ya que el fiscal general del estado consideró que esta medida sería ilegal.
– “Hacia el desastre” –
“Las intervenciones de los estados que impiden la implementación de herramientas de salud pública comprobadas y efectivas, aun cuando aumentan los casos de covid-19, nos conducen directamente al desastre”, reaccionaron la Asociación para la Salud de las universidades estadounidenses y otras organizaciones educativas.
Pero esas medidas son populares entre algunos estudiantes que ven la obligatoriedad de usar mascarillas y vacunarse como atentados contra su libertad individual, un argumento esgrimido por los republicanos dentro y fuera de las aulas.
Un puñado de estudiantes de la Universidad de Indiana habían emprendido acciones legales para revocar las reglas sobre la obligatoriedad de las vacunas y del uso de barbijos. Perdieron, pero otras demandas fueron presentadas en este y otros estados.
Para Aniffa Kouton, una estudiante de química de 20 años de esta universidad, la demanda es “ridícula”.
“La Universidad de Indiana y otras universidades públicas te piden que estés vacunada contra otras enfermedades como paperas, sarampión y rubéola”, dijo. “Por eso no me sorprendió cuando pidieron que nos vacunáramos” contra el covid.
“Simplemente creo que algunos quieren politizar esta enfermedad”, lamentó Kouton.
Pero dijo que la abrumadora mayoría de estudiantes en su campus han respetado las reglas sanitarias desde el inicio de la pandemia y solo una decena pidieron ser exceptuados de la vacuna por motivos religiosos o de salud.