Los bomberos continuaban este lunes sus esfuerzos para combatir los incendios que están devastando bosques en el norte de Marruecos por segundo día consecutivo, constataron periodistas de la AFP.
Los vientos, muy cambiantes, “no ayudan a poder controlar al fuego”, indicó el director regional del Departamento de agua y bosques en Chauen, Rachid El Anzi.
De acuerdo a éste, 200 hectáreas de bosques ya habían quedado calcinadas el domingo de noche.
“No se han tenido que lamentar víctimas, dado que se ha priorizado prevenir la propagación del fuego hacia zonas habitadas”, añadió.
Los equipos de extinción han contado con el apoyo de cuatro aviones anti-incendios.
Las causas de los siniestros todavía no se conocen, prosiguió Anzi, para quien el fuerte calor y los vientos serían los desencadenantes.
Varias regiones del reino norteafricano han registrado temperaturas de hasta 49 ºC desde el viernes, de acuerdo al Departamento de meteorología.
Entre el 9 y el 11 de julio, otra ola de calor “excepcional” ya había “favorecido que se desencadenasen una veintena de incendios” en el país, destruyendo 1.200 hectáreas de bosques, según el departamento mencionado.
La cuenca del Mediterráneo está siendo afectada durante las dos últimas semanas por incendios, sobre todo en Grecia, Turquía y Argelia.
En este último país, más de 90 personas murieron o desaparecieron desde el pasado lunes a causa de los siniestros.
El domingo de noche, un funcionario de la Dirección General de Protección Civil (DGPC) afirmó que la mayoría de los incendios se encuentran “bajo control” y no representan “más peligro para los pobladores”.
No obstante, en este contexto, en la cuenca oriental del Mediterráneo se han producido otros incendios, cerca de Jerusalén en áreas boscosas, por lo que se evacuaron varias aldeas, indicó la policía israelí.
El calentamiento climático aumenta la probabilidad de olas de calor y sequía y, a su vez, de focos ígneos.