El gobierno de Angela Merkel prometió este lunes mejorar el sistema nacional de alerta ante catástrofes, muy criticado durante las devastadoras inundaciones, que dejaron 165 muertos en Alemania, por no haber avisado lo suficientemente rápido a la población en peligro.
De forma general, los sistemas de alerta, como la aplicación de teléfono celular “Nina”, “funcionaron”, aseguró una portavoz del gobierno, Martina Fietz, en declaraciones a la prensa.
“Pero la experiencia que hemos tenido durante esta catástrofe muestra que tenemos que hacer más y más rápido”, admitió.
Entre los principales señalados, la protección civil alemana, acusada de no haber avisado lo suficientemente rápido a la población residente en zonas inundables ante la gravedad de las crecidas.
Su presidente, Armin Schuster, defendió este lunes en la radio pública “la vuelta a las viejas sirenas”, para no dejarlo todo en manos de herramientas digitales, ya que las crecidas provocaron cortes de electricidad masivos y la caída de antenas de telecomunicación, lo que impidió que la gente recibiera las alertas.
También está en debate el reparto de competencias en materia de protección civil dentro de este país federal, donde se espera que las regiones estén en primera línea. Algunas ecologistas, reclaman mayor centralismo. Algo que el ministro del Interior, Horst Seehofer, rechazó este lunes.
Mientras tanto, el balance de muertos sigue ampliándose.
Al menos 165 personas, indicó este lunes un nuevo recuento, que da cuenta de numerosos desaparecidos.
En la región de Renania-Palatinado, la más afectada por el desastre, “el número de muertos es ahora de 117”, frente a los 112 contabilizados anteriormente, “y hay 749 heridos”, dijo a la AFP Verena Scheuer, portavoz de la policía de Coblenza.
En Renania del Norte-Westfalia, el último informe difundido el domingo informó de “al menos” 47 muertos.
En la región de Baviera, sur del país, donde se registraron este fin de semana importantes inundaciones, murió una persona.
Alemania sigue conmocionada por el mayor desastre natural en la historia reciente del país.
El domingo, la canciller Angela Merkel visitó el pueblo de Schuld, no lejos de Bonn, donde el río Ahr, transformado en un torrente furioso, destruyó parte del centro histórico.
A partir del miércoles, el gobierno entregará ayudas de emergencia de al menos 300 millones de euros (unos 350 millones de dólares), antes de elaborar un vasto programa de reconstrucción de varios miles de millones de euros.